¿Es oportuna una alianza estratégica entre Ourense y Vigo en torno al AVE?

Publicado: 28 oct 2025 - 05:10

Opinión en La Región
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El pasado viernes la Facultad de Empresariales y Turismo de Ourense retomó el debate sobre el impacto de la Alta Velocidad ferroviaria en nuestra ciudad y provincia, recurriendo a la contribución de un plantel de ponentes de referencia, en esta ocasión conformado por Carmen Sampayo, decana del Colegio de Economistas, Julio Iglesias, consejero delegado del Grupo REVI, y Carlos de la Peña, otrora director general de ADIF. Un fructífero encuentro que permitió a los asistentes al mismo hacer balance de los logros alcanzados en las últimas décadas y reconsiderar los retos a los que nos enfrentamos de forma inminente. En este sentido, los tres ponentes destacaron que, al igual que el AVE se había concebido como un proyecto de Estado cuya rentabilidad social transcendía la mera cuenta de resultados de los inversores y operadores públicos, las instituciones locales debían haber asumido que la Alta Velocidad era una condición necesaria, pero no suficiente, para el desarrollo económico de los territorios a su paso. Una consideración que exigía anticipar y planificar con tiempo medidas de acompañamiento que reforzasen el impacto previsible del AVE y, en nuestro caso concreto, reivindicar una conexión con Vigo próxima al Miño que garantizase la accesibilidad a la ciudad olívica y al eje litoral en apenas 30 minutos. Obviamente, esta última pieza de la red ferroviaria implicaría potenciar el eje central de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal e intensificar las interacciones con sus principales núcleos territoriales.

Visto lo visto, tal vez haya llegado la hora de que Ourense y Vigo formalicen una alianza estratégica en torno al AVE

Llegados a este punto del debate, cobra sentido mencionar que a mediados del siglo XX el análisis económico territorial comenzó a detectar como la tradicional visión de las redes urbanas, fundamentada en relaciones internas de carácter jerárquico, era incapaz de explicar una nueva realidad caracterizada por sistemas de ciudades estrechamente interconectadas, donde predominaban los vínculos de complementariedad y cooperación. Un nuevo escenario en el que se observaba como pequeñas áreas urbanas percibían ingresos superiores a los generados en localidades de similar tamaño gracias a su particular accesibilidad a núcleos urbanos próximos. En este sentido, a las ventajas inherentes a la menor dimensión, como disfrutar de niveles de congestión reducidos, se sumaban los beneficios de la disponibilidad de infraestructuras, servicios y mercados compartidos con el resto de ciudades del entorno. Un fenómeno que algunos autores asociaron al concepto de dimensión prestada y al hecho de que una ciudad pequeña pudiese exhibir alguna de las características de una aglomeración más grande, en la medida en que ganase accesibilidad a otras concentraciones de población cercanas.

Esta última reflexión nos permite comprender como la ciudad termal de Bath ha procurado impulsar a lo largo de la historia una estrecha relación con la vecina Bristol, una urbe portuaria situada a escasas 13 millas de distancia que en la actualidad cuadruplica su población. A este respecto, las últimas décadas han sido testigo de una notable intensificación de los vínculos funcionales entre ambas ciudades y del desarrollo de una profunda integración de las actividades productivas. Una dinámica de concentración e interactuación particularmente observable en el sector digital y de alta tecnología, en las industrias creativas y culturales, en la ingeniería avanzada y aeroespacial, y en los servicios empresariales y financieros. En tal sentido, una manifiesta seña de identidad del proceso ha sido la presencia de cuatro universidades en el entorno, con una clara especialización en las denominadas disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y en otros ámbitos de conocimiento con gran contenido innovador. Una particularidad del ecosistema universitario de Bristol y Bath que ha permitido en los últimos veinticinco años nutrir un mercado de trabajo altamente especializado, con gran variabilidad de cualificaciones profesionales y un destacado grado de retención del talento local. Cualidades que, no solo han contribuido al impulso interno del propio cluster productivo, sino que a la postre han significado un importante factor de atracción de inversiones procedentes del exterior.

Visto lo visto, tal vez haya llegado la hora de que Ourense y Vigo formalicen una alianza estratégica en torno al AVE.

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