Todo es lo que parece

Una terrible inquietud de desconfianza e incredulidad se pasea por el malestar de la España otoñal. Las liebres que el sanchismo ha ido soltando para desviar la atención con lo de Gaza, en sus versiones de la Vuelta ciclista, el genocidio, la ONU, el embargo reversible de armas y la flotilla, se ha terminado diluyendo con el plan de paz del amigo americano como el azucarillo derretido en el café manchado de propaganda fake. Pedro el intrépido no sólo aceptó el Plan Trump mientras viceYoli lo rechazó, sino que sigue disimulando su gatillazo de regeneración democrática anticorrupción haciendo como que no va con él. Se muestra en modo de atareado presidente, imponiendo un calendario frenético de viajes y política internacional que le permita olvidar su desgraciado destino familiar y político. El entorno familiar y político de Pedro parece abocado a los tribunales si la Fiscalía y Abogacía del Estado o el Constitucional de Pumpido no lo remedian constituidos, como están, en abogados defensores del régimen. Si nos paramos a pensar con frialdad en las circunstancias que rodean este momento cumbre de legislatura sin Presupuestos ni futuro, nos encontramos con la confirmación de que la realidad española es lo que parece y no lo que pretende hacernos creer el poder. De limpiar las cortinas de humo se están encargando los jueces, los medios y la UCO, puesto que las denuncias de la oposición tropiezan una y otra vez con el poderoso relato gubernamental, el BOE, el Frankenstein y la okupación institucional. Y ya no es que la mujer y el hermano del presidente, además de serlo han de parecerlo. No. Es que todo lo que estamos viendo es lo que parece por mucho que los altavoces políticos y mediáticos intenten confundir a la opinión pública y publicada en una suerte de bulos, máquina del fango y argumentario falsario de autodefensa que no tiene un pase en una democracia decente.

“De limpiar las cortinas de humo que intenta poner el Gobierno se están encargando los jueces, los medios y la UCO”

Es lo que parece, poco ético y de presunto delito de jurado popular, lo de Begoña Gómez, su cátedra sin titulación, sus cartas de recomendación a Barrabés, los recaudatorios correos de su asesora y su altanero desprecio a colaborar con la Justicia pese a decir ella y su marido que lo harían. Es lo que parece lo del hermanísimo David, de apertura de juicio oral y banquillo, la creación por enchufismo de un puesto público de trabajo a su medida en Badajoz mientras cotizaba en Portugal y vivía en la Moncloa. Es lo que parece, de Tribunal Supremo y Justicia europea, lo de Ábalos, Cerdán y Koldo y el presunto amaño de contratos, al parecer algunos con fondos europeos, desde las mascarillas al túnel de Belate, con sospechas de supuesta cooperación necesaria de la socialista Chivite en Navarra, la actual presidenta del Congreso en su etapa de presidenta balear o el ministro de la ocurrencia del nobel para Sánchez, Ángel Víctor, cuando presidía el gobierno canario, cuyo informe de la UCO está al caer. Es lo que parece lo de las amiguitas de Ábalos colocadas en empresas públicas y su afición a los prostíbulos y los catálogos de meretrices “que se enrollan que te cagas”. Es lo que parece, sucio y de poca moralidad, lo de la fontanera de Ferraz y las cloacas del aparataje oficial para descreditar magistrados, Guardia Civil, pseudomedios y todo lo que se mueve en contra del sanchismo. Es lo que parece lo del Fiscal del Estado, también conocido como Fiscal del borrado, filtrando datos del novio de Ayuso por el hecho de serlo, cuando está obligado a no revelar secretos del contribuyente afectado en un proceso de negociación con Hacienda por presunto fraude fiscal. Es lo que parece, una realidad, que Cerdán está en la cárcel, Ábalos expulsado del PSOE y Koldo en la voz de unos audios tan reveladores como aquellos whatsapp marianos del “se fuerte, Luis”. Es lo que parece la concesión de una amnistía de dudosa constitucionalidad, el blanqueamiento de los ERE y de los golpistas del procés o los herederos políticos de ETA como socios prioritarios. Es lo que parece el chantaje permanente que se deja hacer Sánchez por ambición e interés personal con condonaciones de deuda, cesiones del IRPF y otros dopajes económicos a costa del dinero público que le da la vuelta a la frase porque a quien roban es a España. Es lo que parece la mano ancha con la inmigración, favoreciendo por razones electoralistas la entrada ilegal y el efecto llamada, del mismo modo que es lo que parece el feminismo ideológico que pretende asegurar el voto femenino mientras por detrás se libera a violadores y agresores sexuales con la errática Ley del sólo si es si o se niega la reciente pifia de las pulseras antimaltrato. Es lo que parece, polarización, división y frentismo, resucitar a Franco cada cierto tiempo y agitar los demonios guerracivilistas de una extrema derecha franquista que viene como el coco en la ensoñación del argumentario socialcomunista. Todo es lo que parece en esta fase terminal del sanchismo, que se revuelve como un animal herido, para mantenerse en el poder. Como decía la frase: “La mujer del César, además de ser honesta y honrada, debe parecerlo”. Y en este momento de España, todo es lo que parece. O eso parece.

Los correos de la asesora

Cristina Álvarez, la asesora de Begoña Gómez en la Moncloa, acredita con sus correos a la Universidad Complutense de Madrid que gestionó de forma constante y sostenida las actividades privadas de la esposa del presidente del Gobierno. Y aunque Begoña reconoció en un error estratégico de defensa evidente que se trataba de un “favor puntual”, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) considera probado que hubo una búsqueda reiterada de fondos y patrocinios que arrojan por tierra la defensa de la mujer de Sánchez y apuntalan la acusación del delito de malversación y, en consecuencia, deja abierta la posibilidad de juicio oral con jurado popular. Los correos incluso certifican información sobrada de adendas de los convenios suscritos con algunas empresas del Ibex en relación con la cátedra en la Complutense madrileña. Cristina Álvarez, por tanto, se ha convertido en parte fundamental del futuro judicial de Begoña, porque los correos también muestran que la mujer de Pedro dio por hecho ante la universidad cómo sacar dinero a Google.

Los contratos de Barrabés

Los contratos públicos adjudicados al profesor de la cátedra de Begoña, el empresario Juan Carlos Barrabés, incurren en diversas “irregularidades”, según la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), dependiente del ministerio de Hacienda de la ministra terremoto Montero. Se trata de contratos por valor de 8,4 millones de euros de Red.es de los que se benefició Barrabés, investigado en el caso Begoña. Según la IGAE, esas irregularidades podrían suponer un incumplimiento de la Ley de Contratos del Sector Público. También detecta este organismo oficial que las cartas de recomendación de Begoña se valoraron “positivamente”, con lo que podría haber discriminación de otros concurrentes al concurso público en favor de Barrabés. Además, la Fiscalía europea reclama información sobre los fondos europeos utilizados. El Gobierno pudo endosar al Fondo Social Europeo la adjudicación a Barrabés. La reclamación de la Fiscalía europea se refiere a los contratos del caso Cerdán. En fin, el círculo judicial se estrecha en torno a la familia sanchista.