Los planes de Feijóo

Todos los indicadores actuales muestran que Alberto Núñez Feijóo puede ganar y puede formar Gobierno con el apoyo de Vox. Es una esperanza de muchos españoles que desean perder de vista al actual “frente popular” cuanto antes y volver a la normalidad social.

Son indicadores actuales, del momento en que vivimos, no el resultado de un proceso electoral. Por lo tanto, son posibilidades que pueden cambiar según los acontecimientos sociales y la evolución de los casos de corrupción del socialismo. Todo hace prever que esta evolución va a ser cada día a peor, porque hay muchos procesos en marcha que afectan al presidente. No son casos que pueden considerarse pasados o amortizados. Siguen en pleno vigor un día y otro día, en aumento de intensidad y deterioro permanente del Gobierno Sánchez. Lo último ha sido el inminente procesamiento del fiscal general del Estado y la imputación de la “fontanera” del PSOE, Leire Diez, por cohecho y tráfico de influencias. Es un suma y sigue sin fin.

Desmontar toda la estructura del fundamentalismo sanchista no será tarea fácil. Está infiltrada en el conjunto de las instituciones estatales y eso necesita tiempo, valentía, y doble inteligencia que el contrario para reparar las cosas.

Pero el reto es muy fuerte. Desmontar toda la estructura del fundamentalismo sanchista no será tarea fácil. Está infiltrada en el conjunto de las instituciones estatales y eso necesita tiempo, valentía, y doble inteligencia que el contrario para reparar las cosas. Hace falta tener muy claro lo que se le va a prometer al ciudadano y realizarlo en los primeros momentos, para evitar frustraciones.

Feijóo ha prometido a la vuelta del verano especificar el conjunto de leyes que quiere derogar, por ser ideológicamente tóxicas, por ser elaboradas para satisfacer a minorías que apoyaban a Sánchez, en contra del interés general de los ciudadanos, y por razones de higiene democrática en todas ellas. Otra muchas, como las del campo de la Educación, pueden ser simplemente modificadas en favor de la libertad de los padres, de las decisiones universitarias sobre colegios mayores, y otros muchos aspectos que han sido impuestos por minorías sin legitimidad para ello. También tendrá que ser mayor la libertad para los médicos en el respeto a la vida. La vivienda tiene que ser abordada con rapidez y eficacia, no solo con promesas. Un reto fundamental va a ser poner orden en la inmigración. España todavía está a tiempo de evitar a la situación incontrolada en la que se encuentran algunos países europeos con auténticos “auto-guetos” por procedencias de emigrantes. Sólo una política humanitaria, racional y eficaz, puede prever situaciones no deseadas. Sin olvidar el difícil reto de mantener la revalorización de las pensiones para los millones de jubilados, votantes muy activos. Todo ello ya lo apuntó en varias ocasiones Feijóo.

Será muy urgente devolver el prestigio al Centro de Investigaciones sociológicas, totalmente desmantelado por el socialista Tezanos. Devolver el prestigio al INE, también en manos del sanchismo para que los números cuadren a su favor. Recuperar el prestigio de los organismos de Trabajo, manipulados a favor de los deseos de Yolanda Díaz y su equipo sindicalistas venidos a más. El Ministerio de Hacienda, tan deteriorado con los años que lleva María Jesús Montero al frente, añadido al caso Montoro, su antecesor. Es necesario dar un respiro al contribuyente de base.

En resumen, los planes de Feijóo para un Gobierno no son nada fáciles de llevar a la realidad, va a ser un esfuerzo titánico.

El aval del Gobierno a García Ortiz

Esta ha sido la semana negra del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, aunque más bien es fiscal del Gobierno, y, más concretamente, de Pedro Sánchez. El aval que le está dando el presidente, y todos sus ministros, no hacen más que poner en evidencia su falta de independencia y su incomprensible subordinación al Gobierno.

Una institución garantizada en el artículo 124 de la Constitución y regulada por su propia ley -que fue modificada y vuelta a modificar en múltiples ocasiones-. Ahí se dice que tiene como finalidad: “Promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, de oficio o a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales, y procurar ante éstos la satisfacción del interés social”.

Pues bien, el actual titular de la Fiscalía General comenzó su mandato sin la aceptación del Consejo Fiscal, con varias demandas antes los tribunales por sus decisiones, con acusación por parte de haber actuado con abuso de poder en nombramientos… un sinfín de actuaciones que lo hacen merecedor del calificativo de fiscal del Gobierno, porque su papel más importante ha sido trabajar a favor de los intereses de Pedro Sánchez. Y así, hasta llegar al estado actual de inminente procesamiento, con el riesgo de ser condenado por revelación de secretos y quedar inhabilitado para ejercer su profesión. Y todo ello por hacerle un favor al Gobierno sanchista en su complot contra la presidenta de la Comunidad de Madrid. Fue un gran riesgo.