El PP andaluz se motiva

Como todos los congresos partidarios, el del PP de Andalucía ha sido una reunión, lógicamente, para animar a los suyos al margen de lo que ocurra alrededor, porque, de lo que se trata, es de espolear a unos militantes ‘hiperdesmovilzados’ convencidos de que la mayoría absoluta de la que dispone el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, volverá a repetirse el próximo mes de junio, y que la pinza Vox-PSOE no logrará el objetivo de que la pierda y tenga que depender de la ultraderecha, porque del PSOE no se espera que vuelva a poder disputar el gobierno autonómico y menos con una candidata, la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, que hace equilibrios entre cumplir el compromiso de avanzar en la financiación singular de Cataluña y desmentirlo simultáneamente.

Juanma Moreno, que avanzaba con el viento de cola, se ha encontrado con el escollo de las mujeres víctimas de la desinformación en el programa del cribado de cáncer, que el presidente andaluz trata de librar con medidas incompletas y mucha propaganda, pero sin terminar de dar con la clave para zanjar el drama de las mujeres afectadas. Pero no es lo único. La última presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, recordará las continuas manifestaciones por el mal funcionamiento de la sanidad pública. Siete años después, la sanidad vuelve a ser el talón de Aquiles del gobierno andaluz, aunque se quiera minimizar el problema y subrayar que las protestas están politizadas.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para apuntalar el mensaje de Juanma Moreno, concluyó el congreso pidiendo el voto útil para el PP andaluz

Tras la votación de los compromisarios que, a la búlgara, le reeligieron con el 99,95% de los votos, Moreno Bonilla tiró de los lugares comunes que se suelen utilizar para asentar un liderazgo, que el PP es el partido que más se parece a los andaluces -el PSOE ha presumido de ser el partido que más se parecía a España-, y que los socialistas tenían un concepto patrimonialista de Andalucía que ellos han roto y que de la misma forma que desde el PSOE nacional se acusa al PP de creerse que el poder es suyo, y que la justicia también, el PP andaluz considera que ha acabado con el partido único que se había creído el PSOE. Tampoco podía faltar la advertencia, como colofón, de que, a pesar de las buenas sensaciones, el objetivo a alcanzar en las próximas elecciones es la “mayoría de la estabilidad”, es decir, la mayoría absoluta para zafarse de Vox, y todo lo que no sea lógralo será un cierto fracaso. Con la coda de que entonces quedaría la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, como el único valladar contra la ultraderecha, aunque sea copiando sus recetas.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para apuntalar el mensaje de Juanma Moreno, concluyó el congreso pidiendo el voto útil para el PP andaluz, y a sus votantes “que no se despisten” en la hora de las urnas, porque la victoria en Andalucía sería una estación de tránsito para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa, de quién recordó sus mentiras y los supuestos casos de corrupción que le rodean, pero que sobre todo pidió a los andaluces que “huyan de las carambolas”, una forma novedosa de pedir que voten a su partido para que no dependa de Vox, al que las encuestas siguen dando un crecimiento notable. Y sin mayoría absoluta el PP dependerá de Vox.