Elecciones en clave militar

Publicado: 17 may 2024 - 06:00

Parece que fue Talleyrand el que senteció: “La guerra es asunto demasiado grave para dejarlo en manos de los militares”. Según el mariscal Montgomery, la frase se la recordó Aristides Briand, primer ministro francés, a Lloyd George, ministro de la Guerra británico, durante la Primera Guerra Mundial. Luego pasó lo que pasó y el juego de la oca llevó a la Segunda Guerra Mundial y la paz no fue posible. De guerra a guerra porque me toca. Hasta la próxima si no estamos ya en ella.

Claro que el ingenio de la frase dejó de tener actualidad en cuanto lo militar fue invadido por la política y Maquiavelo enseñó el difícil arte de la guerra a los aprendices de la política. Empezaron así a aparecer generales paisanos y ministrables que nunca habían visto un soldado y se dedicaron a jugar a ese arte trastocando guerra por política, una forma de jamás acabar con ella. Demasiado grave para dejarlo en sus manos.

Los militares ya no hacen la guerra. Solo mueren en ella. Hacen lo que les ordenan y con el presupuesto que les otorgan, que nunca está acorde con lo ordenado. Las guerras actuales son pura excusa introducida hasta lo más profundo de la economía. Clausewitz captó lo de la política, pero se olvidó del factor económico. ¿O son lo mismo y ejercido por los mismos?

¿Pero quién se creen ustedes que manda aquí? Pues igual que en la Fiscalía.

Dice la sabiduría de Sun Tzu que un general predecible es un general derrotado. Lo son las elecciones y lo que después de ellas ocurre. En España ya lo vemos: fifty fifty, claro que hay otra mitad entera que no vota.

En España en elecciones ni se suma ni se resta. Se divide y ese es el resultado, una fractura que da miedo y que nos lleva a una guerra política, la más difícil, donde todos son generales con mando en plaza y férrea disciplina de partido. Divide y vencerás. Esa es la conclusión electoral. Luego, no hay más que abrir el mercado y vender o venderse.

Es la guerra y en ella conviene saber quien es el atacante y cual su objetivo.

No sé ustedes, pero yo lo tengo tan claro que se lo voy a decir: independentistas y herederos intelectuales de aquel terrorismo que se llevó a cerca de mil españoles. ¿El objetivo? España a trozos. Destrozada.

Por lo tanto concluyo: la política es asunto demasiado grave para dejarlo en manos de (algunos) los políticos.

Todos dudan de cual será el paso siguiente después de esta división electoral. Si algo está claro es que quien pierde el combate es España y esperemos que no sea el principio de perder la guerra.

El anacronismo es el siguiente: Puigdemont será soberano en Cataluña. Otegi en el País Vasco.

España a precio de saldo.

Todo se andará.

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