Las responsabilidades políticas

El presidente del Gobierno reconoció en el Senado la responsabilidad de los nombramientos de sus más estrechos colaboradores, ahora sometidos a investigación judicial. Fue lo más concreto que ha salido de la comisión de investigación sobre el caso Koldo, del Senado, en la que compareció el jueves.

Reconoció su responsabilidad en el nombramiento de dirigentes del PSOE; reconoció que él había designado a José Luis Ábalos para ministro de Transportes y otras varias materias; asumió que él era responsable de nombrar a Santos Cerdán secretario de organización del PSOE después de Ábalos, quien también era responsable de designar a Koldo García para labores del partido. Le costó un poco más reconocer que eran sus compañeros habituales de coche, en su recorrido por España para intentar ganar las primarias. Pero ahí quedaron claras y explícitas las cuatro responsabilidades directas del presidente.

Fue en 2018, cuando le dijo a Rajoy: “Usted pidió perdón por los nombramientos que había hecho. Dimita señor Rajoy. No siga con esta agonía.

El hecho es que Sánchez se ha limitado a reconocer que él hizo los nombramientos, pero no ha asumido en ningún momento que las responsabilidades políticas no se saldan sólo con pedir perdón o con reconocer los delitos de sus colegas, sino que debe tener la consecuencia lógica de la dimisión de quien los nombró. Todo ello, según su propia doctrina, aquella con la que consiguió la presidencia del Gobierno.

Fue en 2018, cuando le dijo a Rajoy: “Usted pidió perdón por los nombramientos que había hecho. Dimita señor Rajoy. No siga con esta agonía. Todos son nombramientos suyos como máximo responsable del partido. Al Congreso y al Senado no se viene a pedir perdón sino a rendir cuentas y a asumir responsabilidades”.

Esta es la doctrina que aplica a los contrarios y se esperaba que fuera el primero en aplicárselas a él mismo, porque la situación de Sánchez es mucho peor que aquella de Rajoy. Entonces era un tesorero del partido, ahora son dos secretarios de organización consecutivos, de la máxima confianza y elección pública. Pero Pedro Sánchez se revolvía contra la evidencia, se arropaba con supuestas sentencias judiciales, se justificaba con el “y tú más”, pero, ni por asomo, la intención de tomar la única salida política que hay para asumir realmente la responsabilidad de un grave error político cometido desde el Gobierno.

En el resto de los aspectos tratados durante su comparecencia en el Senado, Pedro Sánchez fue una copia de sí mismo: Rechazado toda responsabilidad, negando toda evidencia y presumiendo de unos supuestos logros gubernamentales, justo cuando sus socios le dejan en la minoría más minoritaria que ha tenido nunca.

Rotos y descosidos

El rey y la dana

La petición del rey Felipe VI de que se haga un examen riguroso y sereno de lo sucedido en las inundaciones de Valencia es muy importante. Entre todos los mensajes del homenaje del Estado a las víctimas de la tragedia hace un año, me parece el más transcendente, dado el estado de crispación, ánimos excitados y aprovechamiento político que se produce cada día.

Riguroso y sereno es un estudio que se hace sin prejuicios, sin conclusiones previas, sin dejarse llevar por la emoción, sin buscar culpables, cabezas de turco o chivos expiatorios, sin apasionamientos que nublen la recta razón y el rigor científico. Solo así se puede llegar a una conclusión que sirva para dar seguridad a la población de que no volverá a pasar. Y eso, con independencia de que dimita o no dimita el presidente de la Generalidad valenciana.