Opinión

Fentanilo y sumisión química

Este fuerte analgésico opioide, similar a la morfina pero 50 veces más potente, representa un gran quebradero de cabeza en Estados Unidos, provocando anualmente miles de muertes. El fentanilo se une a las áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. La forma más habitual de consumir, fuera del circuito farmacológico, esta droga sintética es triturando las pastillas y quemando el polvo sobre papel de aluminio, de la misma manera que la heroína, aspirando posteriormente el vapor. En España solo se puede adquirir legalmente en las farmacias a través de la receta firmada por un facultativo. Fuera de este marco no existe constancia de la proliferación de puntos de venta.

La preocupación sobre los efectos y el nivel adictivo de esta droga ha llegado a nuestro país aunque, a día de hoy, todavía no deber representar un temor real. En los últimos 5 años se han incautado en distintas operaciones policiales 336 gramos de esta sustancia estupefaciente. El fentanilo no aparece en las tablas de valoración que periódicamente se remiten desde la Comisaría General de Policía Judicial a las Unidades y Grupos de investigación del menudeo o del tráfico de drogas a pequeña o gran escala. Las incautaciones producidas en alguna ciudad gallega están pendientes de ser confirmadas por los laboratorios de Sanidad exterior ubicados en Vigo o en A Coruña, los cuales acumulan un notable retraso en los análisis debido a la excesiva carga de trabajo para examinar y, en su caso destruir la, cada vez mayor, cantidad de droga decomisada en nuestra comunidad. 

Otra de las preocupaciones de la ciudadanía es la sumisión química, una técnica que utilizan algunos delincuentes para deprimir el sistema nervioso y bajar las defensas protectoras de otra persona, disminuyendo su conciencia, creando amnesia, provocando desinhibición y anulando su voluntad para agredir sexualmente, hurtar, robar, extorsionar o lesionar. Algunas de las denuncias recibidas en las comisarías gallegas, que se están investigando, se encuentran relacionadas con sustracciones voluntarias de dinero en cajeros electrónicos, tras la presunta administración de burundanga u otras sustancias de este tipo por parte de personas desconocidas con las que se comparte una noche de ocio. No obstante, de los resultados de la mayoría de las diligencias realizadas tras una denuncia de este tipo, se desprende que, en más del 80% de los casos, las bebidas alcohólicas son las responsables de la sumisión, no encontrándose rastro de benzodiacepinas, éxtasis líquido o burundanga.

Es necesario conocer los potenciales peligros a los que nos enfrentamos, en el caso del fentanilo o la burundanga, afortunadamente todavía alejados de la realidad en nuestro país. También se precisan protocolos de actuación entre Sanidad, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Justicia para abordar cualquier indicio de uso de estas sustancias para perpetrar un ilícito penal, formando y dotando a los agentes implicados de los medios oportunos para su investigación pero lo más importante, urge una mayor prevención y concienciación, desde los domicilios, centros educativos, deportivos o sociales sobre los efectos que ocasionan las drogas en el organismo, sea cual sea la sustancia y la forma de administración voluntaria o inducida.

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