Sabor agridulce

Publicado: 28 nov 2024 - 00:25

A los que nos encanta el deporte, estamos viviendo unos días agridulces. En primer lugar, la marcha de un ídolo fuera de serie que es Rafa Nadal. Nos duele perder a una figura única como es el tenista de Manacor. Ha sido toda una época inolvidable en la que ha llegado a ser el número uno del mundo. Pero dulce ya que es muy difícil que aparezca alquien que lo emule y que sea capaz de alcanzar la categoría a todos los niveles de este tenista fuera de serie.

Porque personalmente para mí son muy grandes sus éxitos pero mayor es su categoría humana y personal. Le hemos visto cercano con sus compañeros de cancha dentro y fuera del recinto deportivo. Sus victorias lo han sido deportivas, pero también dejando en su entorno a infinidad de amigos del deporte y de fuera de él. Un deportista que ha sabido gozar pero que también ha derramado lágrimas cuando la situación lo requería. Y esto es el mayor logro de una persona que ha sabido estar dentro y fuera del recinto en el que anotó incontables triunfos.

Es necesario volver la vista hacia lo que es y significa el deporte tal como Coubertain lo entendía

Dicho todo lo anterior, es necesario volver la vista hacia lo que es y significa el deporte tal como Coubertain lo entendía. Por desgracia, menudean los deportistas que son incapaces de contener sus éxitos y disfrutar de ellos. Muy triste cuando vemos a algunos que montan el “número” cuando las cosas no le salen como desearían. Ejemplos los tenemos por todas partes cuando abrimos nuestros ojos alrededor y vemos el comportamiento y las declaraciones que algunos hacen una vez vista su derrota en el campo.

Rafa Nadal va a pasar a la historia del deporte por sus éxitos, pero sobre todo por su comportamiento, su actitud y su estilo deportivo irrepetible. Ejemplo como el que comentamos debiera ser un libro de texto para los jóvenes que ahora comienzan sus carreras, ya sean deportivas o intelectuales. Poco importa lo que en las aulas se estudia si después en la vida no somos capaces de llevar sus contenidos a la práctica diaria.

Observamos cómo las peleas callejeras menudean por todas partes y están llegando a los tribunales enfrentamientos nocturnos y diurnos que nada bueno dicen de ciertos comportamientos muy condenables. Mientras tanto, los educadores y los jóvenes debieran aprender cuál debe ser el comportamiento en la calle. Y dentro de recintos recreativos.

Cuando observamos las matanzas colectivas de algunos países que se dicen “adelantados” se nos vienen los colores a la cara. Ya son muchos los casos de asesinatos de jóvenes que utilizan armas incluso dentro de los recintos educativos. Y además, comprobamos como estas actitudes vienen impulsadas por jóvenes en una edad en la que debieran dedicarse a estudiar y a formarse.

Hablamos del fracaso escolar, pero las razones son claras cuando los estados y los formadores no ponen de su parte todo cuanto sería posible para la formación de esa juventud que el día de mañana tomará nuestro relevo generacional.

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