Opinión

La reelección de Putin

Comienzan las elecciones presidenciales, que se celebran del 15 al 19 de marzo. Elecciones cuyo resultado se conoce de antemano: Putin va a ser reelegido, la única duda es si superará el 75 por ciento, de los votos, como en ocasiones anteriores. La oposición está muy mermada, la mayoría de sus muertos o desaparecidos, y los rivales de Putin son desconocidos. Los que no lo son tanto, carecen de experiencia de gestión y política, aunque es difícil que nadie pueda presentar el curriculum de Putin, que se inició en los servicios de inteligencia y que ha sido en dos ocasiones primer ministro y, en cuatro, presidente.

No hay nadie tan conocido como él y, al mismo tiempo, que cause tanto temor. Las elecciones cumplen en principio los cánones de los países democráticos, pero para garantizarse el triunfo, que tiene que ser indiscutible, previamente Putin ha abordado las reformas que abolían el límite de mandatos… o dejaban fuera de juego a quienes se atrevían a presentar candidaturas.

Coinciden estas elecciones con la guerra de Ucrania, lo que las diferencia de las anteriores. Putin ha colocado urnas en los territorios ucranianos que considera rusos, lo que ha provocado que Zelenski haya hecho un llamamiento a la comunidad internacional y a la OTAN para que no reconozcan el resultado electoral. Por otra parte, en estas semanas últimas en las que se han multiplicado las operaciones bélicas rusas y ucranianas, con un número importante de víctimas, el presidente ruso ha hecho alarde de su fuerza y su posición respecto a Occidente anunciando que ha ordenado reforzar la frontera con Finlandia con material de guerra, para expresar así su rechazo a la reciente incorporación de Finlandia a la OTAN. El único problema que podría ensombrecer la nueva reelección de Putin es que, al comparar los resultados con los de las elecciones anteriores, se visualizara su pérdida de aceptación popular. Es un hecho real que Putin intenta ocultar, pero está perfectamente contrastado. Ese desafecto creciente está directamente relacionado con las levas obligatorios de jóvenes y menos jóvenes a los que se exige sumarse a la guerra. Se vive una auténtica persecución y castigo a quienes intentan eludir el reclutamiento, lo que podría provocar que millones de rusos, padres e hijos de ciudadanos a los que se lleva al frente de manera forzada, se resistan a votar al presidente.

Las elecciones rusas, en estos tiempos convulsos, determinan el escenario internacional de los próximos años.

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