La sostenibilidad 3.0

SENDA 0011

Publicado: 19 oct 2025 - 06:10

Opinión en La Región
Opinión en La Región | La Región

Durante mucho tiempo, la sostenibilidad se consideraba algo así como el “lado amable” de la empresa. Un compromiso ético, una respuesta ante la presión social o una manera de equilibrar los efectos del crecimiento. En muchos casos se veía como una obligación moral o, peor aún, como un coste añadido.

Hoy esa visión se ha quedado obsoleta. La sostenibilidad ya no es un gesto ni un apartado en la memoria anual. Es una decisión estratégica que afecta directamente a la competitividad, la eficiencia y la resiliencia del negocio. Hemos entrado en una nueva etapa a la que me gusta denominar sostenibilidad 3.0, un simple juego de palabras con sus tres pilares fundamentales, en la que la tecnología y los datos nos permiten convertir un ideal en una ventaja tangible.

Si algo ha cambiado es nuestra capacidad para medir. Antes hablábamos de sostenibilidad con buenas intenciones pero sin una base sólida de datos. Hoy la tecnología nos ofrece herramientas que hacen posible medir con precisión, optimizar con criterio y demostrar con hechos. El internet de las cosas, por ejemplo, permite conocer al detalle el consumo energético de una planta o el rendimiento de un sistema logístico. El big data revela ineficiencias que antes pasaban desapercibidas y la IA es capaz de anticipar escenarios y recomendar acciones que reducen costes, emisiones y riesgos.

Sigo escuchando a veces que ser sostenible es caro. Y lo entiendo, durante años lo fue. Pero la verdad es que la tecnología está demostrando justo lo contrario. Ser sostenible también puede ser más rentable. Pensemos en una cadena logística que usa análisis predictivo para ajustar rutas.

Gracias a esa inteligencia digital, la sostenibilidad deja de ser una declaración de intenciones y se convierte en una palanca de eficiencia. Es pasar del “querer hacerlo bien” al “hacerlo mejor, con datos en la mano”.

Sigo escuchando a veces que ser sostenible es caro. Y lo entiendo, durante años lo fue. Pero la verdad es que la tecnología está demostrando justo lo contrario. Ser sostenible también puede ser más rentable. Pensemos en una cadena logística que usa análisis predictivo para ajustar rutas. Recorre menos kilómetros, gasta menos combustible, reduce emisiones y entrega más rápido. Pensemos ahora en una marca que utiliza modelos de IA para prever la demanda real y evitar la sobreproducción. El resultado es tangible, menos desperdicio, menos stock inmovilizado y más margen.

En el fondo, hablamos de eficiencia operativa. De eliminar el despilfarro y eso, más que un gesto, es una estrategia de negocio. Es cierto que la regulación nos está empujando a todo esto, a medir, auditar y comunicar el impacto ambiental y social, pero cumplir la norma no es suficiente. El verdadero salto está en pasar de la obligación al liderazgo, en entender la sostenibilidad no como algo que “hay que hacer”, sino como una oportunidad de diferenciarnos. Las compañías que integren la sostenibilidad desde cero serán las que ganen la confianza de clientes, inversores y talento.

Lo interesante es que ya no hablamos de grandes discursos, sino de resultados medibles, de datos, de procesos optimizados. La sostenibilidad 3.0 se construye con tecnología, pero también con mentalidad: con la voluntad de mirar el negocio con otros ojos.

Con todo ello estamos viendo que la digitalización y la sostenibilidad ya no son caminos paralelos, sino que se cruzan. Cada decisión tecnológica que tomamos tiene un impacto ambiental y social y cada mejora en sostenibilidad se apoya, de una forma u otra, en la tecnología.

Estamos construyendo una economía digital más consciente, donde el crecimiento no se mide solo en facturación, sino también en impacto positivo y por ende en una nueva forma de avanzar. No podemos ver esto como el futuro sino como el presente, es una necesidad imperiosa de todos porque esto va de construir compañías más humanas e inteligentes y más preparadas para durar en el tiempo.

Contenido patrocinado

stats