Tal día como hoy | Hasta el año que viene con las uvas de la suerte

Publicado: 31 dic 2024 - 06:30

El principio de la práctica de comer doce uvas en Nochevieja se sitúa en Madrid de 1880 como una acción satírica y de protesta porque por aquel entonces la burguesía española copió la costumbre francesa de hacer fiestas privadas en Navidades en las que se bebía champán y se utilizaban uvas como acompañamiento.

En la Nochevieja de 1895 aparece una referencia escrita sobre las doce uvas, que simbolizaban los 12 meses del año.

Al mismo tiempo que se celebraban estas fiestas, el ayuntamiento de la ciudad prohibió los festejos callejeros que se celebraban normalmente en la Noche de Reyes.

La publicación de un bando municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, en diciembre de 1882, por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos, privó a los madrileños de la posibilidad de disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto con la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena de Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidiera ironizar la costumbre burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de las campanadas.

Por ello, los madrileños. a los que se les había arrebatado su divertimento de Navidad, aprovecharon que sí podían reunirse en la Puerta del Sol en Nochevieja para escuchar las campanadas del reloj y empezaron a comer uvas como burla a la costumbre burguesa y como protesta por las restricciones del ayuntamiento.

El 2 de enero de 1894, el periódico El Siglo Futuro incluyó un artículo del día anterior de El Imparcial titulado “Las uvas bienhechoras”, en el que se hablaba de la costumbre burguesa de tomar las uvas la última noche del año, costumbre “importada de Francia, pero que ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza”.

En la Nochevieja de 1895 aparece una referencia escrita sobre las doce uvas, que simbolizaban los 12 meses del año.

Esta costumbre de comer uvas frente a la Puerta del Sol mantuvo su carácter burlesco durante años, pero acabó por normalizarse y extenderse al resto del país con el paso del tiempo.

La curiosa tradición de tomar las doce uvas “de la suerte” cada Nochevieja para dar paso al nuevo año, se fue extendiendo en España, y prácticamente en la Nochevieja de 1909, empezó a tomarse de manera masiva las uvas.

Una de las teorías apunta a que un excedente de la cosecha de vid en Alicante provocó que se intentara incrementar las ventas de este fruto con una innovadora campaña de Navidad que las relacionaba con estas fechas y con la buena suerte. Así, se popularizó su venta en paquetes de doce ya preparados para consumir el último día del año.

En concreto, la variedad de uva blanca Aledo se convirtió en sinónimo de Nochevieja.

Las doce uvas simbolizan los doce meses del año y cada uva comida con cada campanada supondrá buena suerte en el correspondiente mes. La uva es un fruto que se asocia con símbolos positivos como la hermandad, unión, alegría o placer (dios Baco) y quizá por ello la aristocracia francesa la comía en sus fiestas.

Otras tradiciones de Nochevieja en el mundo

La tradición de las doce uvas llegó a América Latina desde España y otros países también existen alimentos típicos para recibir al nuevo año.

En Grecia se suele cocinar un pastel llamado Vassilopitta, en cuyo interior se coloca una moneda de oro o de plata y en Italia es tradición comer un plato de lentejas estofadas tras las campanadas de medianoche para atraer la prosperidad y la fortuna en el año entrante.

Además, otro clásico es llevar la ropa interior de un determinado color: tanto en España como en Italia y Chile se lleva roja para tener un nuevo año lleno de felicidad en el amor.

Ya el 24 de diciembre os comentamos cosas positivas de este año que cerramos, así que preferimos desearos un mejor 2025 que queremos sea mejor que este.

Feliz año nuevo.

Propina

Darnos las uvas

Normalmente podréis oír frases como “¡Nos van a dar las uvas!”.

Tenemos en cuenta que comer las uvas es precisamente lo último que se hace cada año, así que, echándole un poco de imaginación se puede suponer que si llegamos a las uvas…hemos tardado demasiado en hacer algo.

En otras palabras, “nos van a dar las uvas” es una forma de hacer que alguien se apresure en hacer algo ya que está tardando demasiado.

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