Miguel Anxo Bastos
Extremadura: la clave está a la izquierda
En los últimos años, las noticias sobre el aumento de la litigación en masa derivadas del ejercicio de acciones de nulidad de las tarjetas revolving, ha hecho posible que muchas personas pudieran conocer su existencia y reclamar su nulidad con la consiguiente pretensión de restitución de los intereses abonados, recuperando importantes cantidades de dinero.
En este artículo, te contamos que son y cómo funcionan las tarjetas revolving y si todavía estás a tiempo de reclamar su nulidad.
Una tarjeta revolving es un tipo de tarjeta de crédito con la que se puede aplazar el pago de las compras aplicando intereses, con independencia de que el cliente disponga de fondos o no. A pesar de tener formato de tarjeta, se trata de un instrumento financiero complejo (de crédito al consumo) cuyo uso puede hacer que aumente muy rápidamente el volumen de endeudamiento del usuario. La principal diferencia con una tarjeta de crédito normal es que aquí, el usuario puede aplazar la devolución del dinero en lugar de pagar en la fecha de liquidación, lo que lo hace un producto con importantes riesgos, normalmente ocultos para el cliente.
Hay dos formas principales de reclamar su impugnación: por la usura o por la falta de transparencia, siendo la primera de ellas la más común desde la sentencia del Tribunal Supremo 628/2015, de 25 de noviembre de 2015, que declaró que las tarjetas revolving podían resultar usurarias.
El artículo 1 de la Ley de Represión de la Usura establece que será nulo todo contrato de préstamo que estipule un interés notablemente superior al normal del dinero, si bien no se especifica en dicha Ley qué se considera “notablemente superior”. Para conocer el alcance de este precepto debemos acudir a la jurisprudencia. Así, el Tribunal Supremo ha declarado en su Sentencia de 258/2023, de 4 de marzo, que una tarjeta revolving contendrá intereses usurarios si hay una diferencia superior a seis puntos porcentuales (6%) entre el TAE contratado y el interés medio que tenían estos productos en la fecha de su contratación.
A efectos prácticos, una estimación de la demanda para el cliente supondría que el contrato de préstamo se modificaría desde la fecha de contratación para tener un tipo de interés 0, no debiendo pagar intereses por recibir dicho dinero prestado.
En los casos en los que no se pueda reclamar una tarjeta revolving por usura, nos queda todavía la opción de reclamar por falta de transparencia en la contratación. Para ello, será necesario alegar que no se le ha dado al consumidor información suficiente para saber, con antelación, a qué le obligaba la firma del contrato, tanto a nivel económico como legal.
Habitualmente se utilizan de forma subsidiaria ambos instrumentos en la demanda para maximizar las opciones de éxito, e incluso otros como el error excusable o la existencia de vicios del consentimiento.
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