Sonia Torre
UN CAFÉ SOLO
Las nostalgias
Da la impresión de que en el ADN de algunos figura un espíritu de lucha y poder, de sangre y guerra que parece interminable. Lo comprobamos con reiterados hechos y con interminables confrontaciones por todas partes y observamos que detrás de algunas secretas confrontaciones están siempre los mismos. Me pregunto mil veces si a algunos dirigentes les interesa la paz y el bienestar del pueblo o anteponen la carrera armamentista y el afán de dominar el mundo.
Y en esta situación se encuentran países de oriente y occidente, y muchos de ellos viven en un interminable cementerio y una catastrófica destrucción masiva de casas y personas, ya sean niños o ancianos.
Lo que interesa a muchos de ellos es el poder. Y lo grave es que este estado de cosas lo estamos pagando todo el mundo. Las guerras y confrontaciones son permanentes situaciones que nos acechan por doquier.
Y ahora la gravedad en ciernes es cada día mayor cuando comprobamos cómo dos grandes potencias se unen ¿para qué? China y Rusia parecen cada día más cerca en sus objetivos y tanto Putin como el líder chino parecen aliarse para un frente común. Y las consecuencias cada día las pagan más pueblos.
Muy sibilinamente se está introduciendo en distintas partes una ideología que comienza siendo populismo para llegar a ser una dictadura clara y dura. Comenzó hace décadas con el régimen cubano y poco a poco se ha ido extendiendo por toda la zona y llega hasta los lugares más recónditos. Y ya vemos que cuando estos regímenes llegan a un país es muy difícil que lo abandonen. Alguien dejó dicho que de los regímenes de derechas se sale más o menos bien, pero de los de izquierdas es casi imposible desalojarlos del poder.
Vemos lo que pasa en Venezuela, en Nicaragua y en otros países de la zona y sus tentáculos políticos que se extienden por doquier. Tanto el petróleo como la carrera armamentista no paran de controlar el mundo libre, que ahora está pasando a una dictadura que por lo que se colige parece interminable.
Grave es que la ayuda de algunas dictaduras sigue protegiendo a gobernantes sin ideología cierta y que se niegan a dejar el poder. Si somos realistas, podemos observar que es casi imposible desalojar a gobernantes que entre la corrupción y el afán de mando siguen gobernando contra viento y marea.
Lo de las elecciones en la mayoría de estos países es una verdadera pantomima al comprobar cómo se controlan las urnas de una manera descarada. Y si en algún caso la derecha llega al poder poco tardan en desalojarla. En una palabra, que la democracia está corrompida o manejada de forma descarada. Me pregunto si la verdadera democracia existe y si la practicamos tal como nació.
Decía el inglés que la democracia era el menos malo de todos los regímenes y me pregunto si esto hoy en día es sostenible. Porque llegan al poder con el respaldo de las urnas pero en cuanto le toman sabor al poder enseguida se rodean de amigos que contribuyen a perpetuar un sistema que comenzó siendo demócrata y acaba siendo la más dura dictadura.
Por eso el “entendimiento” entre Rusia y China nunca sabemos en qué va a terminar, sobre todo siendo conscientes de que son protectores desde el anonimato para que otros países les sigan en un permanente engaño. Es un eslabón que atrae detrás tristemente a muchos otros pueblos a los que se les obnubila con el petróleo o con otras promesas irrealizables. Estas dos grandes potencias poco a poco están detrás de desavenencias constantes. Y, mientras tanto, el pueblo manejado vilmente. ¿Cuándo se va a resolver lo de Venezuela y lo de Nicaragua? Difícil respuesta.
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