Valencia ¡Ánimo valientes!

Es difícil que pase un día sin que me venga a la memoria la tragedia de la Comunidad Valenciana. ¡Tantos interrrogantes¡ ¡Tantos olvidos!

He aquí el problema de España. Una Administración carente o con insuficientes medios y otra sin voluntad política si los que allí mandan no son de su ideología.

El tiempo lo cura todo. No a todos. Tendrán que pasar generaciones.

Lo que es una vergüenza nacional es cómo se gestionó aquella tragedia y que en lugar de acelerar al máximo las soluciones y pensar en prestar urgentes apoyos económicos y estructurales para poner remedio, al margen de las irresponsabilidades penales si las hubiese después de una seria instrucción, todo quede reducido a enfrentamientos e intentos de derribar al adversario político.

Hay dos administraciones.

He aquí el problema de España. Una Administración carente o con insuficientes medios y otra sin voluntad política si los que allí mandan no son de su ideología. Si la Comunidad Valenciana hubiese estado gobernada por socialistas, comunistas, independentistas, o todos en revolución, otro gallo hubiese cantado. No hubiese faltado desde el primer momento nada de nada.

El problema es muy grave porque España ha desaparecido y ha sido entregada su gestión mayor a un soberano mandón que guarda dos cajas: la del dinero y la del enfrrentamiento. Según sea la cuestión atiende la emergencia, la suya, con una u otra.

Cataluña tiene un nombre y una caja. Un fugado de la Justicia manda, Puigdemont, y el de la Moncloa paga sus fiestas y vacaciones en Waterloo con la caja del dinero de todos. Es una vergüenza pero es. Una de las muestras más palpables de lo que la trágica dana ha dejado al descubierto: España no existe. Ha sido y es una palpable realidad: el abandono del Estado por parte de un Gobierno irresponsable. Este es el futuro que nos espera: o conmigo o contra mi. Para el Estado es el fin de la nación, ese es el camino emprendido.

La Comunidad de Madrid es un ejemplo a la vista de todo el mundo y ahora lo sufre de manera inmisericorde la de Valencia.

Solo una pregunta:

-¿Quién es Puigdemont para mandar en España? ¿Se podría decir que en España manda un prófugo de la Justicia?

La tragedia de Valencia, repito, además del imborrable número de muertos y familas destrozadas que no logran reponerse, ha dejado en evidencia que estamos dejados de la mano del Estado español y si pertenecemos a una Autonomía que no es del partido que gobierna, demos por perdida cualquier ayuda o solución.

La Comunidad de Madrid es un ejemplo a la vista de todo el mundo y ahora lo sufre de manera inmisericorde la de Valencia.

No voy a repetir el minucioso examen que ya hice de las razones del retraso de la llegada de las Fuerzas Armadas en auxilio de la gente sumida en la tragedia, pero sí es necesario insistir en el retraso de las ayudas. La Comunidad no puede ella sola hacer frente a esta situación y el Gobierno no está por la labor. Nunca estuvo.

Lo importante para este Gobierno es conmemorar los cincuenta años de la muerte de Franco. Imposiciones a golpe de enmiendas y costuras en los Reales Decretos que han de ser aprobados por un prófugo de la justicia.

Menos mal que el rey es el jefe del Estado, de lo que aún nos queda, y en su discurso de la Pascua Militar no admitió enmiendas y dijo lo que Él quería decir y no lo que Le imponían.

Porque con lo cara que está la libertad, tiene mucho mérito ser valiente.