Rafael Dávila Álvarez
Non plus ultra
Soy un fiel lector de la obra del filósofo Byung-Chul Han, y manifiesto que el galardón del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades que le fue otorgado es justo y merecido. Sin lugar a dudas, la obra de Chul Han ha aportado a la humanidad, y lo sigue haciendo, análisis críticos indispensables para conocimiento de la actual situación en la que el individuo pierde su esencia como ente inteligente. Por ello no he dudado en adquirir su último libro “Sobre Dios” (2025) en la que el autor se proyecta astralmente con Simone Weil, muerta de tuberculosis en el año 1943 a la edad de 33 años, cuando faltaban aún 26 años para el nacimiento de Byung.
El ejecutor del Viejo Milenario recuerda que ha disfrutado de dos viajes al pasado. El primero acompañando a Kapuscihskie en “Viajando con Heródoto” y el segundo con Blasco Ibáñez en: “La vuelta al Mundo de un novelista”. Ante la envergadura del doble opúsculo, que profundiza en el tema que más interesa al viejo parkinsoniano embelesado por la sociedad, en su caso, aderezada con dopamina, se suma en búsqueda del vacío liberador que le ayude a desprenderse de todo apego que le esclaviza. Por ello se sumerge en los textos de Chul-Han, acompañándole como polizón que busca la identidad de donde procede la figura suprema de la Nada, origen de toda creación, propiciando que haya sido la obra de Han “Sobre Dios”, el motivo de su viaje astral a la Nada. Buscando la respuesta al tema que más le ha apasionado desde que leyó “Así habló Zaratustra” de Friedrich Nietzsche, viaje en que ha llevado como equipaje, las teorías de Stephen Hawking y de Albert Einstein.
El equipaje se ha enriquecido y, sorpresivamente, pesa menos que estando vacío
“Dios mío, concédeme que me convierta en nada”. Frase de Simone Weil recogida en la obra de Han. Soy consciente de que Weil, filósofa, activista política, sindicalista (llegó a formar parte de la columna Durruti en la guerra civil española, también militó en la resistencia francesa contra la ocupación nazi) pero fue, sobre todo, mística cristiana (bautizada poco antes de morir). Ya que a pesar de haber fallecido tan joven y de su rechazo total al sionismo por lo que fue acusada de “aotoodio”, su creatividad, sus dudas existenciales, sus hazañas en el campo de la dialéctica constructiva en busca de Dios, renunciando a todo en beneficio de una inspiración todo ello ha sorprendido al ilustre pensador, Byung-Chul Han. Algo no novedoso pues, ya había seducido intelectualmente a Simone de Beauvoir y a Albert Camus. El equipaje se ha enriquecido y, sorpresivamente, pesa menos que estando vacío.
Una hebrea, descendiente de la anciana Sara, encuentra la razón por la que el sionismo la maldijo; Escribió un epitafio que los condena ante la Historia y ante el SER: “Tan pronto como los humanos saben que pueden matar sin temor a represalias, empiezan a matar. No hay nada tan natural en el hombre como el matar”. Netanyahu y Trump son sencillamente dos seres que nunca encontrarán el vacío liberador, porque el mal les ha penetrado.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Rafael Dávila Álvarez
Non plus ultra
Xose A. Perozo
PENSAR POR PENSAR
Feijóo e Sánchez no espello extremeño
Chito Rivas
PINGAS DE ORBALLO
A feira política
Manuel Orío
La tregua de Navidad
Lo último
300 MILLONES DE EUROS
Un despacho de abogados en Vigo investigado en la Operación Pamplinas Stars
BALANCE ANUAL DE VÍCTIMAS
El 2025 cierra con al menos 1.088 muertos en las carreteras españolas