Plácido Blanco Bembibre
HISTORIAS INCREÍBLES
Navidad o la fragilidad de Dios
Sí. Es mi viernes santo en una celda. Cristo lo pasó en la suya que, a fin de cuentas, venía a ser la nuestra. Se anticipó para que supiésemos lo que nos esperaba contra la injusticia, el imperalismo ya de Estado o del capitalismo salvaje que quiere imponer el becerro de oro.
Jesús se anticipó denunciándolo y ganó la guerra, perdió la batalla. Pero yo, desde mi celda, le imploro como el poeta:
'No me mueve ni Dios para quererte/ el cielo que me tienes prometido/ ni me mueve el infierno tan temido/ para dejar por eso de ofenderte'...
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