Una habitación en la ciudad cuesta hoy lo que un piso hace diez años

La crisis de la vivienda hace que cada vez más gente opte por buscar una habitación en alquiler, ante la incapacidad de poder adquirir una vivienda completa. De hecho, por cada habitación que se oferta en Ourense, una media de 14 personas se pone en contacto con el anunciante. Aunque en comparación con otras capitales, la estadística puede parecer alentadora -en Palma son 65 los interesados en cada anuncio y en San Sebastián, 62-, las condiciones concretas de la ciudad revelan la verdadera complejidad del fenómeno: el acceso a la vivienda pone en jaque el bienestar de una parte de la población.

Se trata de una auténtica encrucijada estructural, y echar la vista atrás pone negro sobre blanco la cruda realidad: el coste de alquilar una habitación equivale en muchos casos, e incluso supera, al precio que se pagaba por un piso completo hace diez años.

En 2014, el coste medio de un piso en la ciudad oscilaba los 344 euros al mes, según el Observatorio Galego da Vivenda. Hoy una estancia mensual en una habitación en un piso compartido ronda ya los 300 y en muchos casos supera los 350.

A la demanda estudiantil se suma el asentamiento de más de 2.000 extranjeros en el último año, un factor de demanda que incide sobre la disponibilidad de viviendas más asequibles. Expertos del sector inmobiliario han focalizado la “falta de oferta” como el disparador de los precios. Y ello guarda una estrecha relación con el auge de los pisos turísticos, cuestión vinculada, a su vez, con la llegada del tren de alta velocidad y el aumento de visitantes foráneos.

La crisis del alquiler en Ourense es el resultado de la interconexión de una demanda múltiple generada por las necesidades de estudiantes, migrantes, e incluso la puja de potenciales compradores. Según el sector inmobiliario, si se convirtiesen más de 1.600 locales comerciales vacíos en viviendas, se habría una descompresión notable.