Los sanitarios exigen en Ourense una mayor seguridad frente a las agresiones

La pandemia supuso un punto de inflexión en la sanidad ourensana. Desde el covid, las agresiones a los profesionales que trabajan en la sanidad van en aumento y el último episodio ocurrió la madrugada del domingo, cuando una paciente agredió a una médica al negarse a esperar su turno propinándole golpes en la cara. Además, la agarró del pelo y la zarandeó causándole magulladuras y pérdida de parte del cabello.

En repulsa a esta agresión, sanitarios se concentraron a las puertas de Urgencias reclamando tolerancia cero ante este tipo de comportamientos al grito “máis seguridade para a sanidade”. La secretaria de la comisión de centro, Nuria González, vinculó ayer estas agresiones a la escasez de seguridad y a la falta de personal, lo que se traduce en más esperas y por ende se incrementa la posibilidad de que los pacientes se cabreen. “Sobrecarga de traballo, crispación da propia población por retraso da atención sanitaria o cal conleva un aumento de situacións de crispación e conflitos”, explicó al tiempo que apuntó que no hay facultativos para cubrir la demanda existencial que hay.

Al respecto, puso como ejemplo la situación de Urgencias en horario nocturno. “La gente viene para poder tener una respuesta a su dolencia y hay poco personal, hablamos de que en el turno de noche hay cuatro médicos para atender todas las urgencias del Complexo Hospitalario e incluso hubo alguna noche en la que solo hubo dos”, relató la secretaria de la comisión de centro. Por la noche, entran de media unos 50 pacientes a este servicio, que se suman a los que aún quedan de la tarde.

Por la mañana el número de facultativos es de ocho y por la tarde hay siete. Todos ellos son los encargados de atender las 230 urgencias que recibe al día de media este servicio. La propia facultativa agredida cuando la mandaron para casa estaba muy preocupada porque iba a haber un facultativo menos en Urgencias y en consecuencia aumentaría el tiempo de espera para los pacientes.

La otra causa que influye, según indicó González, para que se den situaciones violentas es la escasez de seguridad. “Non podemos traballar con esta inseguridade, actualmente na quenda de noite contamos con dúas profesionais de seguridade, nesta porta de Urxencias de noite non hai persoal fixo e calquera persoa da rúa pode entrar neste servizo e andar libre sen ningún tipo de restricción”, explicó González.

De hecho, el domingo cuando se produjo la agresión tuvieron que intervenir agentes de la Policía Nacional que se encontraban en el lugar por otro motivo, en este caso por una causa con preso. Se llevaron detenida a la atacante, ya que desde 2015 agredir a un profesional sanitario en el ejercicio de sus funciones lleva aparejado un delito de atentado a la autoridad. “As profesionais non poden traballar con medo”, añadió González.

"Agresións verbais"

“Diariamente as profesionais notamos un clima de crispación e de agresións verbais que moitas veces non se ven reflexadas en escritos”, señala la secretaria de la comisión de centro. Cuantificarlas es muy complicado, ya que no todas las profesionales optan por denunciar cuando se enfrentan a una situación violenta.

En los últimos años se ha producido un cambio de tendencia. Antes el objeto de la ira de los pacientes cabreados se centraba más en las enfermeras, las celadoras o las auxiliares, pero ahora también sufren esta situación los médicos.

“Accións inaceptables”

El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, lamentó la agresión a una médica de Urgencias en el CHUO. “Este tipo de accións son totalmente inaceptables para a Xunta, dende a Consellería estamos traballando neste aspecto con diferentes medidas que van dende a educación sanitaria ata a actualización de protocolos”, aseguró.

También condenó la agresión la Sociedad Gallega de Médicos Generales y de Familia. “No son ‘parte del trabajo’. No son ‘cosas que pasan’. Son delitos. Son actos de violencia que deben ser denunciados, perseguidos y castigados con todo el peso de la ley”, señalaron.