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SE DISPARA EL SINHOGARISMO
El sinhogarismo se ha instalado en la ciudad. El aumento de la pobreza se ha hecho palpable en los últimos tiempos con la presencia de decenas de sintecho que piden limosna por las calles y pernoctan a su libre albedrío en parques, garajes, portales y galerías comerciales.
Esta situación está dejando tras de sí un creciente clima de inseguridad. Lo que antes parecía un problema aislado y que afectaba solo a alguna zona concreta, va camino de cronificarse, y ya prácticamente ningún punto de Ourense es ajeno a esta problemática social.
La estación intermodal ha favorecido el trasiego de personas sin recursos procedentes de otras ciudades que se establecen por temporadas. También el desalojo y tapiado de las naves de Adif a finales de 2024, usurpadas por parte de toxicómanos y personas sin hogar, favoreció su desperdigamiento por otros puntos de la urbe.
“Estamos notando que se incrementou o número de toxicómanos que se ven no día a día polas rúas da cidade. Isto leva sucedendo dende a chegada da alta velocidade a Ourense. Aumentou o trasiego de xente que termina pedindo diñeiro nas calles“, señala Roberto González, secretario general del SUP en Galicia.
El perfil de los sintecho suele responder al de un adicto a las drogas durante un largo periodo de tiempo y que no cuenta con ningún tipo de apoyo familiar. “Son persoas que piden para poder conseguir a súa dose diaria. A maioría non adoita delinquir, pero si que poden molestar a xente, presionando para que lles dean diñeiro ou chegando a insultalos no caso de que non reciban nada”, explica Roberto González.
Uno de los problemas sociales más visibles es la gran cantidad de infraviviendas o camas improvisadas que están instaladas en lugares públicos como la Alameda de A Ponte o el monumento de la máquina del tren, sin ningún tipo de respuesta por parte de las autoridades. Los casos más graves llegan con la usurpación en ámbitos privados como garajes, portales o galerías comerciales, donde los sintecho buscan cobijo cuando el frío aprieta. “Hace un mes, cuando bajaba a trabajar por la mañana temprano me encontré con una persona durmiendo en el suelo del portal. El susto fue tremendo y no es la primera vez que nos pasa, en verano ya tuvimos varias usurpaciones. Siempre damos parte a la Policía, pero la situación sigue igual. Tienen que actuar o esto va a acabar mal”, apunta Pilar Vila, presidenta de la comunidad del número 14 de la calle Río Cobas, en O Vinteún.
Lejos de ser un problema aislado, esta es una situación recurrente en todos los bloques del barrio. En el edificio incendiado en la Avenida de Santiago a finales de febrero, los vecinos señalaron que se producían continuas entradas y salidas nocturnas de toxicómanos que dormían en el trastero.
Toda esta coyuntura se produce mientras las entidades sociales de la ciudad lanzan un SOS ante la inacción del Concello. Hace semanas que una treintena de asociaciones ourensanas solicitaron por escrito la convocatoria urgente del Consello Municipal de Servizos Sociais para intentar que el gobierno local ponga fin al abandono que sufre la ciudad en materia de ayuda social, pero la inacción es total en este sentido.
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