Mínguez, medio siglo de divulgación micológica
GASTRONOMÍA
Allá por 1972, la llegada a Celanova de Ricardo Mínguez supuso un antes y un después para la divulgación de la Micología, una pasión por las setas que transmitió a sus hijos
En Galicia nunca hubo demasiada afición al mundo de las setas. La Comunidad autónoma gallega siempre fue un tanto micófoba, aunque en los últimos años este rechazo fue a menos. Buena parte de la culpa de este cambio de tendencia la tienen Ricardo Mínguez y su familia. Este jubilado del servicio de Extensión Agraria comenzó a acercar la Micología a los gallegos hace más de medio siglo, fruto de una pasión que legó a sus hijos.
Borja y Alejandro heredaron su afición por los hongos. El primero, con la puesta en marcha en su día de una explotación de producción de setas y haciendo partícipe de su pasión a su mujer, Marta; y el segundo continuando la labor divulgadora de Ricardo y legándosela a sus hijas, Alicia y Alexandra.
En un momento en que las últimas lluvias favorecen el inicio de una campaña de setas que llega con retraso, Ricardo comentó que esta micofobia de los gallegos a las setas puede tener su razón en la presencia de varias setas peligrosas, e incluso letales, en Galicia, mientras que en comunidades con un número de especies inferior, como el País Vasco o Cataluña, “tienen una cultura mayor que Galicia en consumo”.
Yo pertenecía al servicio de apoyo al agricultor para mejorar sus conocimientos. Era un servicio divulgativo
Fue en el año 1972 cuando Ricardo Mínguez desembarcó en la Oficina de Extensión Agraria de Celanova, tomando el relevo de Mariano García Rollón, otro apasionado de las setas. Las salidas al monte, sobre todo las de otoño, dispararon su interés por un campo que hasta ese momento no gozaba de demasiados seguidores. “Yo pertenecía al servicio de apoyo al agricultor para mejorar sus conocimientos, pues era un servicio divulgativo”, explicó. De ahí que en Extensión Agraria se decidiese recurrir a su extensa información sobre Micología y comenzase a dar sus charlas por toda Galicia.
En sus viajes, lo acompañaba su hijo Alejandro, quien se ocupaba de manejar el aparato de las diapositivas. Así, después de un tiempo, y debido a la imposibilidad de atender todas las solicitudes de su padre, sería este quien comenzase a divulgar el mundo micológico con apenas 20 años. En estos momentos la situación es la inversa y es Ricardo quien acompaña y apoya a su hijo en las numerosas jornadas que le surgen.
Esta familia está detrás de Xornadas de Micoloxía que se desarrollaron en Celanova, prácticamente sin ningún tipo de ayuda, durante aproximadamente cuatro décadas. La cita fue un punto de encuentro para aficionados a las setas de toda España como recuerda Borja, quien no escatimó palabras de elogio a su padre. “Puso a Celanova en el mapa micológico y trajo a gente increíble”. También Alejandro, autor de libros y colaboraciones sobre Micología, resaltó el trabajo de Ricardo: “Nos metió el gusanillo a los dos hijos. Me llevaba a dar charlas, él hablaba y yo pasaba las diapositivas”.
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