Conoce el roble sobrero, el árbol del corcho

ÁRBOLES

Es un árbol longevo que puede llegar a ser centenario. Crece espontáneamente en toda la cuenca mediterránea occidental, prefiriendo los suelos ácidos y soleados. No suele sobrepasar los veinte metros de altura. Su tronco es grueso. Su copa es amplia e irregular.

Roble sobrero
Roble sobrero

Quercus suber, conocido en gallego con los nombres de corticeira, corcheira, sobreira o sobreiro y en castellano con el de alcornoque o en algunas zonas con los de chaparro o roble sobrero, es un árbol de hoja perenne perteneciente a la familia de las Fagáceas, originario del suroeste de Europa y noroeste de África.

Su nombre genérico deriva del latín quercus, palabra con la que los romanos designaban al roble común; el epíteto suber, que también derivado del latín, significa “corcho”.

Es un árbol longevo que puede llegar a ser centenario. Crece espontáneamente en toda la cuenca mediterránea occidental, prefiriendo los suelos ácidos y soleados. No suele sobrepasar los veinte metros de altura. Su tronco es grueso. Su copa es amplia e irregular. Su corteza suberificada, que recibe el nombre de corcho, es gruesa, grisácea, y profundamente agrietada. Las hojas son ovaladas o elípticas, alternas, coriáceas, pecioladas, con el margen más o menos dentado y con el ápice acabado en punta; son de color verde lustroso por la parte superior y grises y con una suave vellosidad por la parte inferior. Adoptan una forma arqueada en el margen. Las flores masculinas se presentan en amentos finos, cortos, colgantes y amarillentos y las femeninas aparecen a finales de la primavera, reunidas normalmente en pequeños grupos. A veces la floración se puede prolongar hasta el otoño. El fruto es una bellota verde ovalada, que al madurar, durante el otoño y el invierno, se vuelve marrón oscuro. Es parecida a la de la encina. Está cubierto por una cúpula acampanada y escamosa.

Las bellotas son un buen alimento para la cría de cerdos. Secas y en polvo se pueden mezclar con otros cereales para hacer pan, pero debido a su contenido en taninos es necesario lavarlas bien con agua corriente antes de utilizarlas para este fin. Dichos taninos son antioxidantes, analgésicos, antibacterianos y antifúngicos. Los obtenidos de las hojas tienen propiedades gastroprotectoras.

Su madera, pesada y dura, se utiliza, entre otras cosas, en tonelería y construcción naval. Pero su aprovechamiento más importante desde el punto de vista económico es el famoso corcho que se desarrolla a lo largo del tronco y se separa en bloques compactos. La extracción del mismo deberá realizarse en ejemplares que tengan al menos 20 años de edad y repetirse cada 10 años; se trata de una operación exclusivamente manual y bastante delicada que se suele llevar a cabo a principios de verano. Cuando se descortezan los árboles, el tronco presenta un color rojo ladrillo muy intenso. Después se va oscureciendo has tomar de nuevo tonos grisáceos.

El corcho se utiliza en la producción de tapones de botellas; también como material aislante, contrachapado y en la industria del calzado. Asimismo, suele utilizarse en la industria de los curtidos debido a su contenido en taninos. Además, uno de los principales componentes del mismo, la suberina, tiene propiedades suavizantes de la piel y antiarrugas. Tradicionalmente el corcho se empleaba para la fabricación de carbón y para hacer las colmenas de las abejas, que en Galicia recibían el nombre de “cortizos”.

Los bosques de alcornoques cumplen una importante función ambiental, absorbiendo CO2 y, por tanto, reduciendo la contaminación. Son muy resistentes al fuego.

Hay algunas aldeas gallegas que llevan el nombre de Cortizo, tales como, por ejemplo, la perteneciente a la parroquia de Santa Cruz de Lesón, en el municipio de Poboa do Caramiñal, A Coruña, y la de la parroquia de Santa María de Luneda, en el municipio de A Cañiza, Pontevedra. El apellido Cortizo parece proceder de lugares llamados así. Como curiosidad, indicar que el padre del Presidente de Panamá durante el periodo 2019-2024, de apellido Cortizo, era originario de la aldea de Ricovanca, en Beariz.

En Ourense capital hay una calle llamada “Camiño do Cortizo”. Y en la provincia encontramos alcornoques en espacios naturales de los valles fluviales del Miño y el Sil; también en Bubán, Ludeiros, municipio de Lobios; en A Peneda, municipio de Arnoia; en Erbedeiro, municipio de Carballedo. Es conocida, asimismo, la corticeira de Munín, en el municipio de Irixo, con más de cien años de antigüedad.

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