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Como es lógico intuir en un hito de este alcance -que se entiende como disruptivo (de los de verdad) en materia de ciberseguridad-, lo que más llama la atención del mensaje que inaugura esta "autopista de seguridad cuántica" es la referencia al futuro que se incluye en el texto, puesto que el concepto "futuro" cada vez se hace más corto y se suma al presente.
Así lo demuestra la computación cuántica que ya supone un brete para la seguridad de todos y de todo. Representa un reto contrarreloj para las empresas, administraciones y particulares. "Hoy en día tenemos contraseñas robustas y con la computación cuántica esas claves no valen para nada", nos explica Efrén Varón Gil, consultor de ciberseguridad de DLT Code y presidente de la asociación Ourensec.
"La Xunta garantiza la seguridad de las comunicaciones con este tipo de comunicación cuántica y evita interacciones de terceros, "se establece un nivel máximo de complejidad a la hora de elegir un sistema de autentificación", afirma con rotundidad Efrén Varón. consultor de ciberseguridad de DLT Code y presidente de la asociación Ourensec
En un avance como el que presenta el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA) y el Vigo Quantum Communication Center (VQCC) "de lo que se trata es de adelantarse" a lo que ya tenemos aquí, se han blindado contra el riesgo que supone mantenerse agarrados a un cifrado convencional, "porque ahora lo importante es blindar lo que tú eres, en cuanto a nuestros datos, por ejemplo, biométricos, blindar lo que tú tienes, si hablamos de los dispositivos que manejamos a diario; y blindar lo que tú sabes, si ponemos el foco en toda la informacion sensible o no que manejamos", como particulares o empresas, afirma Varón Gil.
QKD son las siglas de Distribución de Claves Cuánticas (del inglés, Quantum Key Distribution). Se trata de un método de comunicación segura que utiliza la mecánica cuántica para crear claves secretas compartida entre dos partes y proteger así la información.
La ultraseguridad que proporciona está dirigida a que cualquier intento de interceptar o medir un qubit (la unidad básica de información cuántica, que es lo que se usa para codificar las claves), perturbará el sistema y será detectado por los que están estableciendo esa comunicación. Será imposible el robo o espionaje de información sin ser descubierto, ese es el objetivo, y por tanto, evitar daños, pérdidas multimillonarias, perjuicios a las partes o a terceros.
"La infraestructura se basó en equipos de transmisión y recepción QKD con detectores superconductores de fotón único refrigerados a temperaturas criogénicas, por debajo de los 270ºC bajo cero", explican desde el CESGA y el VQCC
El QKD es una tecnología que utiliza las leyes de la física cuántica para crear y distribuir claves de cifrado de forma totalmente securizada. El simple intento o acto de hacerse con una clave alerta inmediatamente a los usuarios, impidiendo cualquier método de espionaje conocido.
Sobre si es el momento o no de aplicar la computación cuántica a rutinas cotidianas, Varón destaca que "si la computación cuántica está lo suficientemente avanzada como para ponerla a disposición de la gente y de las empresas, las contraseñas que antes se tardaban años en desencriptar con un ordenador normal; ahora se tardan minutos con la computación cuántica y por qué no aprovecharlo". Además, como experto en ciberseguridad, Varón pone el foco en que la Xunta garantiza la seguridad de las comunicaciones con este tipo de comunicación cuántica y evita interacciones de terceros, "se establece un nivel máximo de complejidad a la hora de elegir un sistema de autentificación", destaca.
El avance que aporta esta línea segura, y otras más que se estan estableciendo en la península y en Europa, se presenta como una alternativa frente a las fallas que tendrán los sistemas de encriptación tradicional y usados hasta el momento, una vez se enfrenten a esta nueva tecnología cuántica. La generación de claves cuánticas a través de una única fibra óptica, sin cortes ni amplificadores de señal en dos puntos ubicados a más de 120 km, como es el CESGA en Compostela y el VQCC en Vigo- es el resultado del trabajo de los investigadores de estos centros y de que es viable la aplicación de la tecnología QKD en contextos reales.
Hasta el momento se habían hecho demostraciones en varios puntos de España, con enlaces terrestres de QKD, pero casi siempre entre puntos más cortos, distancias menores. "Son ordenadores que se deben sujetar a unas condiciones atmosféricas y son equipos que utilizan muy pocas personas", explica Varón.
Justo por este motivo, haber conectado dos puntos a más de 100 km era un desafío clave porque la luz que transporta los datos a más de esa distancia se atenúa al propagarse a través de la fibra óptica. Para este paso, la infraestructura se basó en equipos de transmisión y recepción QKD con detectores superconductores de fotón único refrigerados a temperaturas criogénicas, por debajo de los 270ºC bajo cero.
Galicia se pone así a la vanguardia de la investigación y el desarrollo de infraestructuras cuánticas.
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