Las propiedades del "allobrón", el helecho florido que abunda en Galicia con el que se hacen vinos y licores
ZONA VERDE
Este helecho florido, abundante en Galicia, sirve para hacer vinos y licores. El epíteto “regalis” de la planta hace referencia al aspecto de su porte “real”
Osmaunda regalis es un helecho vivaz fácilmente identificable por su belleza, gran tamaño y vistosidad, perteneciente a la familia de las Osmundáceas. El término vivaz hace referencia a que en el otoño pierde sus hojas, las cuales reverdecen en la primavera, pero sus partes subterráneas son perennes. Se halla extendido por las zonas templadas y tropicales de Europa, Asia, África y América, exceptuando Australia y las islas del Pacífico. En castellano se le conoce con los nombres de antojil, ajo de antojil, helecho acuático, helecho macho, helecho palustre, helecho real, lentejil u osmunda, y en gallego con los de allobrón, dentabrón, dentabrún, dentabruño, dentagrón, dentagrudo, fento real o lentexil, entre otros. También se le conoce como helecho florido debido al aspecto que le proporciona sus fértiles frondas. Está extendido por todo el territorio de Galicia.
Etimológicamente, el nombre genérico osmunda deriva posiblemente de los vocablos latinos os, que significa “boca” y mundare, que significa “limpiar” debido a la antigua creencia de que la planta tenía propiedades laxantes. El epíteto regalis hace referencia al aspecto de su porte “real” o “regio”.
Su rizoma es grueso, leñoso, ramificado, recubierto de restos secos de pecíolos antiguos, de color negro y horizontal, aunque también crece verticalmente llegando a sobresalir patentemente del suelo. Su peciolo es acanalado y más ancho en la base. Del rizoma surgen sus frondes u hojas en penacho, grandes y erectas; son de dos tipos: unas totalmente estériles que llegan a alcanzar más de dos metros de altura y casi medio metro de anchura, y las otras estériles en su parte basal y fértiles en el ápice que son más cortas. La lámina de sus frondes es oval-lanceolada, dos veces dividida o bipinnada y de color verde claro o tendente al amarillento. Poseen de siete a nueve pares de pinnas o divisiones cada una de las cuales posee, a su vez, de siete a trece pares de pínnulas, asimétricas, oblongo-lanceoladas, opuestas, con el borde entero a aserrado, truncadas en la base y generalmente provistas de un cortísimo peciolo o desprovisto de él. La mencionada parte fértil se encuentra formando una espiga, inicialmente de color verdoso, luego anaranjado y finalmente de color castaño, como de óxido. En ella se ubican los órganos donde se producen las esporas, llamados esporangios. Estas esporas no están reunidas en soros, sino que se presentan agrupadas en penachos terminales provistos de un corto pedúnculo. Las esporas son verdes por poseer clorofila. Esporula desde comienzos de la primavera hasta finales de verano. Crece abundantemente en las orillas de los ríos y arroyos, pantanos, generalmente en zonas húmedas y sombrías.
Médicamente se usa tanto el rizoma, en forma de tisanas, como la parte fértil, por sus propiedades astringentes, tónicas, diuréticas y antihemorroidales. También se utiliza en casos de osteoporosis y descalcificación de los huesos, así como vermífugo en casos de lombrices intestinales. Asimismo, el rizoma, una vez seco y pulverizado se puede aplicar externamente a modo de compresas para curar heridas y dolores reumáticos. En algunas regiones del norte de la Península Ibérica se maceran dichos rizomas en vino blanco, obteniéndose una bebida llamada “vino de antojil” o “licor de llantosil” usada para tratar contusiones, roturas y esguinces. Para este fin se suele tomar un vasito en ayunas durante un tiempo no muy largo ya que su uso prolongado puede tener efectos tóxicos. Es una bebida a la que recurren muchos deportistas con lesiones musculares, ya que prefieren este remedio a la medicina convencional. En Galicia se usa para reabsorber los hematomas provocados por golpes, tratar úlceras varicosas, curar gripes y catarros y en casos de tuberculosis. Asimismo, se emplean trozos de rizomas para el dolor de muelas, aplicándolos directamente en la zona dolorida. También es utilizado, aunque menos, en veterinaria. La mejor época del año para recoger los rizomas es el otoño y el invierno. Es importante cortar solamente un trozo del rizoma a fin de que pueda regenerarse y evitar así su desaparición.
Se emplea también en gastronomía. Sus brotes, que tiene un sabor parecido al de los espárragos, se pueden comer. En la cocina coreana existe un plato típico conocido con el nombre de “namul” consistente en la mezcla de este helecho con diversas verduras al vapor, sazonadas con guindilla, ajo, cebolla, sal, vinagre y aceite de sésamo. Su consumo debe ser evitado por las mujeres en periodo de embarazo, ya que posee propiedades abortivas. Es necesaria prescripción médica para un uso adecuado.
Es utilizada, además, en jardinería como planta ornamental. Sus raíces se usan para producir “fibra de osmunda“ empleada como substrato para el cultivo de orquídeas. En algunas zonas de Galicia sus frondes se utilizaban para recubrir o hacer una especie de cestos para transportar fruta y evitar que se dañe.
En la mitología eslava se recogían sus esporangios, llamados “flores de Perun”, pues se creía que tenían poderes mágicos.
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