El presidente y máximo accionista del Celta, Carlos Mouriño (Vigo, 1943), fue el protagonista ayer en el Pazo de los Escudos del Fórum Europa que organiza Nueva Economía Fórum. El dirigente celeste hizo un repaso a su trayectoria en el mundo de los negocios, la política y el deporte. ‘No he tenido una vida fácil, pero nada es comparable al Celta’, admitió. El mandatario lamenta que en fútbol no se pueda planificar a largo plazo, considera que la suerte es un factor muy a tener en cuenta en el balompié y asegura que ‘la afición es resultadista’. Pero, por encima de todo, no se arrepiente de su aventura en el Celta.

Carlos Mouriño repasó ayer en los micrófonos de la Radio Galega la actualidad del Celta y se quejó de las pocas ayudas económicas que recibe su club por parte de las instituciones gallegas. ‘Partimos con desventaja respecto a otros equipos que sí las tienen. Habría que buscar un equilibrio entre todos los clubes de España’, explicó.

El grupo opositor a Carlos Mouriño —formado por ex futbolistas del Celta como Placente, Contreras y Baiano y representado por los abogados Pablo Viana, Pablo Estévez y Sergio Sánchez— se ha puesto manos a la obra para preparar la querella que estudian presentar contra el consejo de administración del club vigués por la reducción de capital aprobada en la junta de accionistas del pasado lunes. No obstante, antes de acudir a los juzgados, Viana asegura que se sentarán a negociar con la directiva que encabeza Mouriño. Le ofrecen dos alternativas: que el presidente compre sus acciones o que permita que entren en el consejo.

La respuesta social a la ampliación de capital propuesta por el Celta el pasado 29 de septiembre fue más bien nula, puesto que sólo se vendieron nueve acciones. De este modo, el aumento de capital por aportación dineraria se redujo a 540 euros (60 por acción), aunque fue de 13,5 millones de euros por compensación de créditos de acreedores.

La oposición no está dispuesta a ser relegada a un plano secundario en la nueva distribución accionarial del Celta. El abogado Pablo Viana, uno de los miembros del grupo liderado por Placente, afirma que van a impugnar la capitalización realizada por Caixanova, que convierte a la entidad de crédito en el segundo mayor accionista celeste. Considera que la caja ha realizado un pacto con Mouriño con la intención de perjudicar los intereses de su grupo.

El presidente del Celta, Carlos Mouriño, señaló ayer que mantiene el control del club tras los cambios que se producirán por la entrada de nuevos accionistas, que han capitalizado parte de su deuda, entre ellos un grupo de ex jugadores por un lado y Caixanova por otro. Mouriño indicó que controla un 60% por ciento de las acciones del club, ya que tiene el respaldo de Caixanova, segundo mayor accionista tras la operación. El presidente negó que vaya hacer una ‘operación acordeón’.

El Celta celebró ayer una junta general de accionistas extraordinaria cuyo principal objetivo era aprobar una ampliación de capital necesaria para proseguir con el saneamiento económico del club. Todos los puntos del orden del día se aprobaron por una mayoría aplastante y las voces discordantes fueron muchas menos de lo habitual. Por su parte, Carlos Mouriño se defendió ante aquellos que le acusaron de tratar de sacar provecho económico de su paso por la presidencia celeste y desveló que ya ha inyectado casi siete millones de euros en el club, más del doble de lo que se había hecho público.

El apoyo de la directiva del Celta a Eusebio no deja lugar a segundas interpretaciones. Ayer, fue el propio Carlos Mouriño el que reiteró su total confianza en el técnico. El presidente señaló que su continuidad ‘no está en entredicho’, ya que ni siquiera se ha planteado su destitución. El máximo accionista celeste hace un llamamiento a la tranquilidad, aunque dice comprender el desencanto de la afición ante el nefasto inicio liguero. Tras los partidos de ayer, el conjunto celeste ocupa la penúltima plaza de Segunda División con únicamente dos puntos en su haber.

La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) aseguró ayer que el Celta había hecho efectivo el pago de las deudas contraídas con cinco futbolistas, por lo que el club evita el descenso administrativo a Segunda B. La Liga comunicó ayer al sindicato de jugadores, según reconoció su responsable, Gerardo González Movilla, que todas las entidades denunciadas habían hecho frente a las cuantías solicitadas tanto en Primera como en Segunda División.

Por si alguien temía por el futuro inmediato del Celta a causa de las denuncias presentadas por cinco futbolistas por impago, que podrían suponer el descenso administrativo del equipo, el presidente Carlos Mouriño despejó cualquier temor: ‘No hay ningún problema’. El máximo responsable de la entidad aclara que estaba previsto tener que hacer frente a este desembolso y que todo el tema quedará solucionado en las próximas horas. Además, el presidente aseguró que no habrá más salidas tras la del argelino Kamel Ghilas, venta que todavía no se concretó y sufrió ayer un retraso inesperado.

Llegó el presidente y dejó la plantilla prácticamente cerrada. Carlos Mouriño dio ayer carácter oficial a la llegada del lateral Pedro Botelho —’el acuerdo es pleno tanto con el Arsenal como con el jugador’— y situó muy cerca del club vigués al delantero Arthuro Henrique Bernhardt, al que sólo lo podría apartar de Vigo una mayor oferta económica del Basilea, que disputa la nueva Liga Europea. Además, el máximo mandatario céltico no descarta más movimientos.

Carlos Mouriño (Vigo, 1943) reconoce que el proceso concursal que el Celta cerró este martes ha perjudicado a pequeñas empresas a las que tratarán de ‘compensar’ y, a la vez, no habría podido salir adelante sin el apoyo de Caixanova, Hacienda y el Concello, a quienes muestra su ‘agradecimiento’. Pero era ‘la única salida’, destaca, para un club que ha vivido muchos momentos de ‘incertidumbre’. Ahora, aunque se declara ‘optimista’, el presidente y máximo accionista celeste augura dificultades para seguir cuadrando las cuentas, sobre todo en las dos próximas temporadas.

El Celta encara la recta final de su proceso concursal. En dos semanas, éste estará finiquitado. El 30 de junio se celebrará la junta de acreedores, en la que se aprobará la propuesta de convenio. Sin embargo, el fin del concurso no supone el término de los problemas económicos del club. La entidad está obligada a pagar los 30 millones en los que se ha quedado la deuda y no se harán grandes dispendios en la parcela deportiva.