Soy de la opinión que el maltrato físico viene siempre precedido del abuso emocional y la imposibilidad consiguiente de la persona que la sufre a una vida sin temores y complejos. No en vano uno se acostumbra al maltrato sin ser consciente de que ha penetrado en lo más valioso de su auto estima. Esto confirma que en situaciones de abuso emocional las palabras son utilizadas como arma contra la víctima. Debido a que el abuso emocional es difícil de identificar la víctima se culpa antes a sí misma creyendo que se está imaginando ese maltrato. Los recursos del matratador/a se presentan a veces minimizando los puntos de vista de la víctima e incluso humillándola ante los demás. Este tipo de actitud hace creer a la víctima que ella provoca el comportamiento del maltratador/a y se cohibe en un claro temor al mismo. Cuando la persona maltratada se enfrenta a ese maltrato el maltratador/a no solo lo negará sino que reforzará sus acciones buscando la idea de la culpa. O sea, que todo es imaginación del matratado/a. Se trata de una especie de relación sádico-masoquista que siendo indistinta en el hombre o la mujer puede abrir el ciclo del maltrato físico, pero también que se instale en el maltratado/a la dinámica del suicidio. De ahí la importancia de cortar de raiz todo abuso emocional.
