Cartas al director

Todos perdemos

Con la demolición de la casa de Rosa y Miki en Ourense todos perdemos. Una familia pierde el que ha sido su hogar más de 20 años (media vida).

Se pierde una casa siempre abierta a amigos o simplemente recién conocidos. El vecindario pierde a un vecino siempre dispuesto a defender los intereses comunes.

La “justicia” pierde una nueva oportunidad de ser verdaderamente justa. El alcalde no solo pierde unas elecciones por no velar por sus conciudadanos. El Colegio de Arquitectos de Galicia pierde la oportunidad de defender una pieza ejemplar del escaso patrimonio arquitectónico moderno en viviendas unifamiliares visadas y construidas en Galicia desde la fundación del mismo. El constructor encargado de la demolición pierde más de lo que cree con los encargos futuros prometidos. El río Miño pierde una singular vivienda-mirador desde la que era posible disfrutar del hermoso valle sin molestarlo.