Creo altamente deplorable lo que sucedió hace unos días en Barajas donde un nigeriano cuyo país se ha declarodo libre del ébola, murió por no ser atendido ante las convulsiones que sufría por miedo a que estuviese contagiado por el ébola. Creo que estas personas ya tienen bastante como para estigmatizarlas haciendo creer que puede contagiar esta enfermedad solo por ser africano. Lo que indica que estamos en un estado racista que, a pesar de las leyes y demás propagandas se repite una y otra vez.
Si convenimos en que el racismo es inaceptable, quizá el destino final sea trabajar la interculturalidad, que sirve ante todo para relacionarse entre distintas culturas, donde se tendrá en cuenta la igualdad y la dignidad de la persona, teniendo en cuenta también la diferente organización social del país de origen. Nada parece haber cambiado y basta con ver tal discriminación para comprender las razones de fondo, que recuerdan el sofisticado equipamiento moral en un país en el que la muerte de un negro sigue siendo barata.
El Gobierno ha tenido una actuación deplorable ante la epidemia y ahora se cura en salud haciendo sospechosos de contagio a una comunidad que se siente impotente ante lo que le rodea o con protocolos llenos de racismo. El desenlace de este acontecimiento así nos lo hace ver, por la reacción de los poderes públicos ocupados en ocultar los hechos más que en abordar sus verdaderas causas.
