Papeles del rock

50 años del debut de Black Sabbath

Miembros de Black Sabbath, una banda procedente de Birmingham que comenzó su andadura dentro del "British Blues".
photo_camera Miembros de Black Sabbath, una banda procedente de Birmingham que comenzó su andadura dentro del "British Blues".
Este pasado 13 de febrero se han cumplido 50 años de la edición de un disco que indudablemente, forma parte en un lugar destacado de la historia de la música popular contemporánea y si queremos ser más precisos, de la historia del rock

El legendario "Black Sabbath", el álbum debut de una banda procedente de Birmingham que comenzó su andadura dentro de ese interesantísimo y fecundísimo fenómeno musical que fue la evolución a finales de los años 60 del llamado “British Blues” que lideraban grupos como los Yardbirds o los Rolling Stones al blues progresivo inglés, que nace con la eclosión de Cream y la Jimi Hendrix Experience y se desarrolla a través de la aportación de bandas como Ten Years After, Chicken Shack, Free, Deep Purple y en su culminación final, Led Zeppelin ya como creadores del hard rock / heavy metal. Al margen de la aparición en Estados Unidos en 1968 de un álbum como "Vincebus Ereptum" de Blue Cheer, que es el disco a partir del cual el heavy metal tiene su fecha de nacimiento, tal y como en su día relatamos en otro “Papeles del Rock”.

Interesa hacer esta introducción acerca del contexto histórico en el que aparece en febrero de 1970 "Black Sabbath" para aclarar ciertas confusiones y/o muy especialmente, apreciaciones erróneas que han surgido como hongos en muchas páginas de internet que, bien sea para atraer lectores, por falta de rigor periodístico o simplemente, por falta de conocimiento de la historia del rock, han publicado semblanzas y artículos para glosar esta compleja e interesantísima obra musical titulando esas entradas con el pomposo titulo de “el álbum que creó el heavy metal” o “la banda que creó el heavy metal”. 

No se equivoquen. Black Sabbath, que desde sus más primigenios comienzos como Polka Tulk o Earth practicaban ese blues progresivo inglés de finales de los 60, en este primer disco, que es indudablemente fabuloso y por ello merece un amplio artículo en estas páginas, no crea el heavy metal ni hace de este trabajo el álbum pionero del heavy metal, rock duro, o como se le quiera llamar. 

Primero porque no existe un solo disco que pueda considerarse el primero que atesore todas las claves, características, sonidos y lenguajes que darían forma al género en los años 70: como todos los estilos musicales dotados de una entidad, una historia, un desarrollo y una naturaleza propia dentro de su entorno, el heavy metal no fue una creación hecha en un laboratorio un día determinado a una hora concreta. Fue el resultado final de la conjunción de una serie de influencias, sonidos y actitudes que fueron tomando forma homogénea de manera progresiva, añadiendo cada grupo y sus producciones diferentes elementos musicales que terminarían estructurando un lenguaje musical y un estilo con una personalidad clara y diferenciada. En esa construcción, indudablemente Black Sabbath hacen una contribución importantísima con este disco debut, pero ni es la más relevante ni por supuesto es la primera. Jimi Hendrix, Cream, Led Zeppelin, MC5 o Blue Cheer entre otros se adelantan casi dos años en más de un caso en esa tarea de estructuración del género a la aparición de "Black Sabbath".

Hecha esta aclaración, que me parece importante por una mera cuestión de rigor histórico, vuelvo a repetir que "Black Sabbath" es un álbum lleno de un riquísimo contenido musical, que indudablemente va a dejar una profunda huella en la evolución del rock en los años 70, junto a su continuación "Paranoid" va a mostrar a una formación muy sólida, con un sonido muy personal, impregnado de una energía, una fuerza y una dureza enormes, y al igual que es muy cuestionable su supuesto rol de pioneros del HM, sí es innegable que la influencia que dejarán en las generaciones posteriores y la inspiración que provocaron en miles de músicos sí que les convierte incuestionablemente en una de las bandas más grandes y más determinantes de la historia del HM. 

Musicalmente, a pesar de tener una producción opaca, que no sacó todo el potencial que el grupo demostró tener en las producciones inmediatamente posteriores, es un álbum muy característico de la época e indudablemente, en especial por el tipo de afinación de guitarra, oscuro, denso, pétreo que empleó Tony Iommi, -no intencionadamente, sino como recurso de emergencia: en medio de la grabación de “Wicked World”, la pastilla de su Fender Stratocater dejó de funcionar, y para no perder tiempo, pues solo tenían tres días para dejar todo el disco listo para entregar a fabricación, corrió a su local de ensayo y tomó una guitarra Gibson SG que solía usar de repuesto, cuyo sonido ya le acompañó de por vida- por la atmósfera tétrica que impregnó todo el disco, potenciada por una producción que situó muy en primer plano la base de ritmo de Geezer Butler y Bill Ward así como la propia naturaleza de sus canciones, que se movían aún en ese blues progresivo antecedente del hard rock, como se puede escuchar en “Sleeping Village”, en la extensa “Warning”, un ejercicio de puro rock progresivo de mas de 10 minutos de duración, en la propia “Black Sabbath” o en “Wicked World”. Más duras, más claramente encuadrables dentro del primigenio heavy metal pueden estar indudablemente “N.I.B” y “Behind The Wall of Sleep”, amen de “The Wizard”, un tema de rock duro con un aire muy folk introducido por la armónica que acompaña al riff de guitarra principal.

Según recuerda Tony Iommi, “El 19 de noviembre de 1969 empezábamos una gira europea, que nos tendría viajando hasta mediados de diciembre, y con las fiestas de navidad, pensar en grabar el disco para que estuviera listo en enero después de la gira era una locura. No había apenas estudios disponibles y entonces nos dijeron: bueno, parece que ha habido una cancelación de una grabación en los Regent Studios, así que podemos entrar, pero tiene que estar todo acabado en tres días. Así que nos pusimos a ensayar a full time y conseguimos acabar el disco en ese brevísimo plazo de tiempo”. Nunca tan solo 72 horas de trabajo dieron un resultado tan impresionante. 

Una curiosa historia que durante muchos años aumentó el halo de misterio que rodeó siempre este disco, en especial por su decadente, siniestra y enigmática portada. La identidad de la mujer que aparece junto al molino de Mapledurham en el condado inglés de Oxfordshire, que pudiera parecer una muerta viviente o una vampira, durante décadas se desconoció y ello dio pábulo a los más excéntricos rumores, en especial en relación con lo oculto y lo terrorífico. Hace tan solo unos días el autor de la fotografía de la portada, Keith McMillan, desveló que la mujer era una joven modelo aficionada de tan solo 18 años, Louisa Livingstone, que abandonó muy pronto el mundo de la moda y terminó siendo una artista de música electrónica que editó varios trabajos bajo el nombre de Indreba. 

Cómo sucede con todas las grandes obras, un álbum que no ha perdido vigencia y que les recomiendo especialmente escuchar.

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