Sueños de Olimpia

50 años del gran Mundial de México 1970

 Brazil's Pele is hoisted on shoulders of his teammates after Brazil won the ninth World Cup final against Italy, 4-1, in Mexico City's Estadio Azteca, Mexico, on June 21, 1970.  Pele, who scored the opening goal of the game and assisted two, wins his third winner's medal.  The World Cup victory is Brazil's third win for the Jules Rimet Cup.  (AP Photo)
photo_camera Pelé celebra el triunfo en el Mundial de México, a hombros de los aficionados.
Fue el primer Mundial retransmitido en color a todo el mundo

Este año 2020 de tanto sobresalto y fecha redonda será también el del recuerdo de varios acontecimientos deportivos. A final de este mes se cumplirá el 50 aniversario del Mundial de fútbol de México 1970, destacable por su alto nivel, la incorporación de novedades y el triunfo de una excepcional selección brasileña.

La entonces Ciudad de México aceptó el reto de organizar el evento, dos años después de los Juegos de 1968. Es factible que su altitud favoreciese en el rendimiento de los futbolistas y en la calidad de algunos partidos, como la inolvidable semifinal entre Italia y Alemania. Un 4-3, con cinco goles en la prórroga y el germano Beckenbauer jugando con un brazo pegado en cabestrillo. Hoy una placa en el monumental estadio Azteca lo recuerda como 'El partido del siglo'.

Fue el primer Mundial retransmitido en color a todo el mundo. Donde, por fin, se permitió dos cambios por equipo y los árbitros estrenaron las tarjetas amarilla y roja. También se presentó el balón Adidas Telstar, formado por 20 hexágonos blancos y 12 pentágonos negros. Hoy, es un cotizado clásico.

La organización tuvo  la genial idea de disputar partidos a las 12 del mediodía en el mes de junio, con sol, alta temperatura y mucha humedad en el césped. Un clima favorable para la campeona, Brasil, la cual viajó tres semanas antes para aclimatarse.

Participaron naciones que hoy no existen -la URSS, Checoslovaquia- y Perú estuvo a punto de retirarse al sufrir el país un terrorífico terremoto el mismo día de la inauguración. Murieron 70.000 personas, pero el gobierno obligó a jugar a su selección para levantar la moral. Hicieron un buen torneo y sólo cedieron ante la inigualable y mágica Brasil. 

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El periodista, el dictador y el jogo bonito

Algunos consideran a aquella selección brasileña de 1970 como la mejor de la historia. Discusiones al margen, este equipo pudo ser muy diferente en su composición.

Joao Saldanha era periodista, pero fue nombrado seleccionador. El general Emilio Garrastazu era el tercer presidente de la dictadura militar, pero pretendió ser seleccionador y convocar a Dada Maravilha, su jugador favorito. Esto era Brasil en 1969.

"Si Garrastazu tiene sugerencias para el equipo, yo también las tengo para su gobierno", declaró Saldanha, apodado 'Sem medo' y simpatizante comunista, mientras el general no dudaba en aplicar la tortura y el espionaje contra la guerrilla de extrema izquierda. Fueron los llamados "años del plomo".

Garrastazu ganó el pulso. Saldanha tenía un carácter difícil, problemas con el alcohol y tendencia a sacar la pistola ante las críticas de colegas o ayudantes. Pretendía descartar a Gerson por "problemas psiquiátricos", al portero Leao "por brazos cortos" y al mismo Pelé: "es miope y no ve la pelota en los partidos nocturnos". "Metí 1.000 goles en mi carrera; si viese mejor quizá llego a los 2.000", respondió con sorna y sorpresa 'O rei'.

Saldanha fue sustituido por el exjugador Mario Zagallo, más empático, discreto y trabajador. Este confió en todos ellos y añadió al fabuloso Tostao, vetado por su antecesor.

Zagallo preparó un formidable equipo, mezclando la veteranía de Pelé con el talento de los mencionados Gerson, Tostao y los excepcionales Rivelino o Jairzinho. Un equipo que rezaba unido todos los días y se mostró inexpugnable en el campo, marcando un mínimo de tres goles en cinco de sus seis victorias.

La esencia y la exigencia de ganar con 'jogo bonito'.



Citius, Altius, Fortius | La promesa de un niño de 10 años

Edson Arantes do Nascimento nació en 1940 en Tres Coraçoes, una localidad al sur de Brasil. En la cartilla de nacimiento figura como Edison, en honor al genial inventor del fonógrafo, la cámara de cine o la bombilla incandescente, Thomas Alva Edison. Hijo de un futbolista frustrado llamado Joao Ramos y una adolescente de 16 años llamada Celeste, vivió su infancia en una humilde chabola con goteras, levantada con ladrillos de segunda mano. Jugaba al fútbol descalzo, porque no había zapatos.

A veces, la única comida del día era un trozo de pan con plátano. En 1950 vio llorar a su padre por primera vez en su vida. Brasil había perdido la final del Mundial contra Uruguay -el "Maracanazo"- y fue tal el impacto a sus 10 años, que le prometió: "un día ganaré para ti la Copa del Mundo". Edson Arantes "Pelé" conquistó tres de esas copas para su padre, logró marcar una época, fue el mejor futbolista de su tiempo y el primer ministro de raza negra del Brasil, en 1995. De la miseria absoluta a la gloria eterna.

Ver o leer | El mundo a sus pies

Las películas oficiales de los Juegos Olímpicos y los Mundiales son de obligada visión para todo amante del deporte. La de México 70 gira en torno a la ilusión de un niño por llegar al país organizador y ver a sus ídolos en directo. Cubre prácticamente todos los partidos del evento y proporciona unas magníficas imágenes en la magnífica atmósfera creada en el estadio Azteca, plena de luz y color. Eran tiempos en los que los aficionados invadían el campo para abrazar a los jugadores y los ingleses viajaban y animaban sin causar destrozos.

‘The world at their feet’, por Alberto Isaac. (1970, Inglaterra) 90 min.

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