Sucesos

Tercer fallecido por infarto en plena calle en Ourense en solo 10 días

photo_camera Es ya el tercer infarto en dos semanas en la ciudad que acaba en óbito.
El hombre se desplomó en Ramón Cabanillas cuando esperaba en la cola de una panadería

Un hombre falleció este lunes de un infarto frente al número uno de Ramón Cabanillas. Una trabajadora y dos clientas de la panadería Osi indicaban que el hombre se desplomó cuando hacía cola para comprar el pan, cerca de las dos de la tarde. Al caer se dio un golpe en la cabeza que le provocó una hemorragia pero, según el servicio de ambulancias, el forense determinó que la causa de la muerte fue un paro cardíaco.

Es el tercer caso de muerte por infarto en plena calle en menos de diez días. El día 8 una mujer de 89 años sufría uno en la calle Ervedelo y, pese a las maniobras de reanimación de un médico y dos enfermeras y la posterior atención de una ambulancia, no se pudo hacer nada por salvar su vida. El pasado jueves volvía a ocurrir y una mujer de avanzada edad fallecía en la calle del Paseo. 

La incidencia de muerte por esta causa se está multiplicando, según el jefe de servicio del centro de salud de A Carballeira, Luis Prieto. "Los infartos seguirán aumentando en las próximas décadas cuando, además, habrá más población anciana". En Ourense, los datos previos al covid, indicaban que hasta 1.400 personas mueren al año por problemas, precisamente, del sistema circulatorio.

Ourense. 18/01/2021. Caida y fallecimiento de un hombre al suelo por un posible infarto en la calle Valle Inclán.
Foto: Xesús Fariñas

Factores de mayor riesgo

La incidencia de infartos agudos se incrementa potencialmente en las estaciones frías. Según Prieto y en base a un estudio de la revista española de Cardiología, "existe una relación directa entre el número de ingresos por infarto y la exposición a partículas contaminantes. Y el frío también influye: la mortalidad de los pacientes ingresados en enero y febrero superó en un 10% a la de ingresados en agosto", indica. 

Además del frío y la contaminación ambiental, el médico indica que el covid también puede afectar al corazón y la posibilidad de que se formen trombos y coágulos es más alta.

Según el médico de A Carballeira, "los infartos en hombres son el doble que en mujeres, pero ellas tienen más riesgo de morir que los hombres, especialmente con la menopausia". 

También hay que tener en cuenta "la edad del corazón". Existe mayor riesgo de tener un ataque en función de algunos factores de riesgo como la edad, el colesterol, el tabaquismo, la obesidad, hipertensión o padecer diabetes, que ya se considera una enfermedad cardiovascular. 

Identificar a tiempo

La identificación a tiempo de un infarto es fundamental para salvar a una persona, la letalidad para los que no consiguen ir a urgencias a tiempo es de un 15%. "La presión en el pecho, el dolor en el cuello, espalda y en algunos casos en el brazo izquierdo son indicio de que se podría estar padeciendo un infarto. También es común confundirlos con fatigas o indigestiones", enumera Prieto. Dice que "no todas las personas tienen los mismos síntomas, en los hombres también es un indicador la disfunción eréctil, un síntoma centinela que nos avisa de la posibilidad de padecerlo en los siguientes años", explica.

La Policía Nacional fue la primera en llegar pero no cuenta con desfibriladores

El Sindicato Unificado de la Policía Nacional reivindicó ante este suceso una petición que llevan elevando los últimos años: "desfibriladores y formación de las patrullas".

Alegan que su tiempo de llegada a sucesos como los infartos de estos días ha sido mínimo y que con estos aparatos y la formación adecuada podrían salvar vidas. De hecho, fueron los primeros en llegar en las tres ocasiones, con la imposibilidad de actuar ante la falta de máquinas de reanimación. 

En 2019, enviaron una petición para materializar un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Interior y que se contemple a la Policía Nacionalo como los primeros intervinientes y un "elemento fundamental en las asistencias cardíacas". 

Sin embargo, tras dos años de espera, "nunca se dio respuesta al escrito. Los nuevos vehículos van provistos de botiquines,  pero no de desfibriladores".

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