Baile, pilates y memoria para no olvidar la labor de las asociaciones de vecinos

photo_camera La sede de la asociación de vecinos de Peliquín acogió una exhibición de lo aprendido en sus cursos durante todo el año.
"Que no nos quiten las asociaciones de vecinos, porque las necesitamos, sobre todo la gente mayor", recalca Margarita Mouriz, una de las socias de la Aavv. de Peliquín

La asociación de vecinos de Peliquín está aprovechando el final del año para recordar lo andado en 2022, primer curso de actividad completa desde la pandemia, así que celebró el fin de semana una exhibición (con pasos de baile y posturas de pilates incluidos) en su local de la rúa río Cobas. 

La jornada consistió en un resumen condensado de los ejercicios que realizan los usuarios en sus clases semanales, que incluyen también sesiones de memoria y yoga. Se reunieron 70 socios que también disfrutaron de un "piscolabis" y de una ración de chocolate. Ahora el apoyo de las instituciones será clave de cara a poder organizar más o menos actividades el nuevo año que se avecina. 

Ricardo Vázquez, presidente de la Asociación.
Ricardo Vázquez, presidente de la Asociación. XESÚS FARIÑAS

Ricardo Vázquez, presidente de la asociación, explica que su sede se mantuvo cerrada del 13 de marzo de 2020 al 4 de octubre de 2021, y llevan desde entonces intentando "reenganchar" a la gente tras el parón. Algunos de los socios fallecieron, otros no se volvieron a animar todavía.

"Que no nos quiten las asociaciones de vecinos"

Más allá de los directivos de la asociación, sus principales defensores son los propios usuarios. "Yo no me entretengo con telenovelas", reconoce Margarita Mouriz, de 72 años. Prefiere acudir todas las semanas a las clases de la asociación. Participa en las clases de memoria desde que comprobó que el punto de cruz le hacía forzar la vista.

Margarita Mouriz.
Margarita Mouriz. XESÚS FARIÑAS

"Iba también a yoga y pilates, pero me surgió una dolencia en una rodilla. Yo, si por mí fuera, iría a todas las clases", añade Mouriz, que acude a las sesiones de memoria con su marido, y completan sudokus y sopas de letras. "Pasamos una hora de maravilla", resume.

"Nos viene muy bien a gente de nuestra edad. Qué pena que la clase de memoria solo sea un día a la semana, no dos ni tres. Por Dios, decidle a la gente que manda en esto que no nos quiten las asociaciones de vecinos, porque las necesitamos, sobre todo la gente mayor. Nos tratan con detallismo cada vez que vamos al local, jugamos al parchís, hablamos, tomamos un descafeinado. Que no nos quiten las asociaciones de vecinos", recalca.

"Salgo de las clases con alegría"

María García es otra de las incondicionales. Acude cada semana a pilates y memoria. Sobre pilates, explica que "hay posturas que ya no soy capaz de hacer, pero salgo de las clases a veces con alegría, a veces con la pena de que solo hayan durado una hora. Tengo mal las últimas vértebras y no me puedo sentar como se sientan los chinos, pero hago equilibrios, levanto una pierna y un brazo...", celebra.

María Gómez.
María García. XESÚS FARIÑAS

En las clases de memoria, la profesora les pide, entre otros ejercicios, "recitar palabras terminadas en 'd', o de seis letras". Ya acudía antes de la pandemia. "Antes participaba también en baile, pero era más joven. Y este viernes nos hicieron una fiesta impresionante. Hace falta que nos siga apoyando el Concello", reclama.

Sobre su habilidad mental, añade que "no es por alabarme, pero memorizo bastante bien". Porque practica: "Tengo los teléfonos de mis hijos guardados, pero marco todos los números de memoria para no olvidarme, y hago crucigramas y sopas de letras".

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