¿Te cuento un cuento?

Teresa Rodríguez Rebolledo (Ourense)

Publicado: 03 abr 2025 - 04:00

Carta al director
Carta al director | La Región

Mientras leía un cuento a mi hermana me di cuenta de lo mucho que los relatos de los hermanos Grimm reflejan nuestra realidad. En particular la historia de muchos niños y jóvenes en el sistema educativo se asemeja a la de los personajes como Hansel y Gretel, quienes intentan encontrar su camino en un bosque lleno de obstáculos. Para aquellos con Trastorno por Déficit de Atención (TDA),la educación puede parecer un laberinto aún más difícil de recorrer, en el que cada día es una nueva prueba de resistencia y adaptación.

En los cuentos, los héroes deben sortear pruebas para demostrar su valía, pero al menos cuentan con herramientas mágicas o aliados que los ayudan en su travesía. En la realidad los niños con TDA muchas veces se enfrentan al sistema educativo sin los apoyos adecuados como si se les pidiera cruzar el bosque sin los guijarros que les indiquen el camino la falta de compresión, la carencia de métodos de enseñanza adaptados y la escasa formación del profesorado en este ámbito convierten el colegio y el instituto, en un reto constante en un lugar de espacio de un espacio de aprendizaje y crecimiento.

A menudo estos niños son etiquetados como “inquietos”, “despistados” o “problemáticos”, sin que se reconozca que su forma de procesar el mundo es distinta,no errónea. Peor aún, en muchas ocasiones se les acusa injustamente de no esforzarse lo suficiente, de no estudiar o incluso se les llama “burros”, ignorando el enorme esfuerzo que hacen para adaptarse a un sistema que no está diseñado para ellos.

La rigidez del sistema educativo actual deja poco margen a la creatividad y el aprendizaje basado en la experimentación, elementos que podrían marcar la diferencia para ellos. En lugar de castigos y reprimendas, se necesitan estrategias pedagógicas que fomenten su atención, organización y autoestima para que no se sientan como los protagonistas de un cuento sin final feliz.

Esta situación no solo recuerda a los cuentos, sino también a la mitología griega. En la historia del “Laberinto del Minotauro”, muchos jóvenes eran enviados a un laberinto sin salida, condenados a perderse para siempre. Solo Teseo logró escapar gracias al ovillo de hilo que le entregó Ariadna. De la misma manera, los niños con TDA, necesitan un “hilo” que los guíe: métodos de enseñanzas adaptados, compresión por parte de los docentes y un sistema que no los deje a la deriva, como la Condesa Honorata de Wan Guld, (El Corsario Negro).

Además, es fundamental que las familias reciban apoyo y orientación pues muchas veces también se sienten perdidas, como si fueran personajes atrapados en un hechizo del que no saben salir.

La historia de estos estudiantes no debería ser una de dificultades insuperables. Necesitamos un sistema educativo más inclusivo, que valore las diferentes formas de aprendizaje y proporcione estrategias que permitan a cada niño desarrollar su potencial. Al igual que en los cuentos, done la creatividad y la perseverancia llevan al triunfo, la educación debe ser un camino donde cada estudiante tenga las herramientas necesarias para alcanzar su propio final feliz.

No podemos seguir esperando a que llegue un hada madrina que solucione este problema. Es nuestra responsabilidad como sociedad asegurarnos de que la educación sea un derecho real y efectivo para todos, sin importar los desafíos.

Solo así podremos transformar este cuento en una historia de éxito.

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