La diarrea

La diarrea, según nos dicen los tratados de Medicina, es una evacuación intestinal copiosa y frecuente constituída por fragmentos de sustancias alimenticias mal digeridas por secreciones del tubo digestivo. Esta palabra es de idéntico significado que descomposición o cagalera, vocablos tal vez no muy agradables pero un servidor no es el culpable de que aparezcan entre las 88.431 palabras que componen el Diccionario de la Real Academia Española.

Hecho este exordio, trataré de explicar algunos acontecimientos o avatares que excitan mi sistema nervioso, me atacan al vientre, me producen cabreo y algunas veces ¡diarrea que te crió! Y empezaré por José Luis Rodríguez Zapatero, el mismo que bajo su Gobierno salió la famosa Ley de Memoria Histórica, la supresión de crucifijos en los centros oficiales y el aguinaldo de los 400 euros para el paquete de bombones. El mismo, también, que el pasado día 21 cumplió 100 días al frente de un Gobierno con números rojos, aumento del paro y qué más quieres que te diga.

Y paso a Florentino Pérez, el presidente de la constructora ACS, que en caso de llevarse a cabo la operación de venta de Fenosa a una compañía francesa, le reportaría a cada uno de los 92 directivos una plusvalía en el valor de las acciones de 425.000 euros. Sin embargo, los operarios de alto riesgo, los que escalan los postes para trabajar en los tendidos de alta tensión, esos, pobriños, nin cadela. Y esto lo dijo Platón que no era un cantamañanas cualquiera: ‘Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte’. Continuando con mi descomposición nerviosa, tenemos a Calderón, el presidente del Real Madrid, ostinado en fichar al futbolista portugués, Cristiano Ronaldo, por una cantidad fabulosa para dar gusto a esa afición, a esa sociedad que gira en torno a ese orgasmo que le produce la palabra ¡gol!, gol!, ¡gol! Claro que si el club no tiene dinero cuenta con el crédito bancario o de las Cajas de Ahorro. Son las mismas entidades que para prestarte para la compra de un piso o establecerte con una humilde taberna, te inspeccionan hasta el olor del aliento por temor a que les metas un clavo. Y mientras la abundancia crece desmesuradamente para los que golpean el balón con los pies, acabo de recibir la revista de la ONG ‘Manos Unidas’ recordándonos la contribución voluntaria para erradicar el hambre y la pobreza en el mundo. Y puedes hacerlo con una cuota mensual e 10 euros, cantidad considerablemente inferior al valor de la entrada más barata en el Santiago Bernabéu o el Nou Camp.

Con estas cosas, la diarrea, mis evacuaciones, no me dejan en paz y lo peor es que no puedo arreglar estos desaguisados como tampoco los arreglan el presidente, vicepresidente, diputados y el montón de conselleiros, que no conocen la crisis con esos sueldos que pasan del millón de pelas al mes y que permiten copiosas mariscadas.