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Un nuevo test de estrés para las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos. Después de que hace apenas un mes la decisión de Washington de vender material militar a Taiwán por importe de 280 millones de euros levantase ampollas en China, ahora el gobierno norteamericano ha decidido exportar armas a la isla por un valor superior a los 9.000 millones de euros para "mejorar la seguridad y mantener el equilibrio" en la región; lo que ha derivado en un apoyo explícito del gigante asiático a Venezuela ante el "bloqueo y la intimidación unilateral" al que está sometiendo la Casa Blanca al país caribeño.
Además, la reacción de Pekín llega en medio de nuevos bombardeos de la armada estadounidense en el Pacífico, cuyo resultado ha sido la muerte de al menos una docena de personas que Estados Unidos identifica como narcotraficantes, y evidencia una vez más la desconfianza que preside la relación de Trump y Xi.
A respecto de la venta de armas, el gigante asiático ha reprobado con dureza la decisión de Washington, justificada desde Estados Unidos en la necesidad de "mejorar la capacidad de Taiwán para hacer frente a las amenazas actuales y futuras al reforzar la autodefensa de sus fuerzas". China, en palabras del portavoz de su ministerio de Exteriores, "se opone firmemente y condena enérgicamente" una medida que "vulnera gravemente la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de China, socava gravemente la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y envía una señal errónea a las fuerzas separatistas que propugnan la independencia".
Y, dicho esto, ha dejado claro a Estados Unidos de que "les va a salir el tiro por la culata". "Utilizar Taiwán para contener a China jamás tendrá éxito", ha advertido, antes de hacer hincapié en que las armas norteamericanas "no van a salvar a los independentistas taiwaneses del trágico destino que le espera", aunque sí "va a incrementar el peligro de guerra en el estrecho".
En esta disputa entre China y Taiwán no solo se ha metido Estados Unidos, sino que Japón también se ha visto salpicado a raíz del despliegue de misiles de medio alcance en una isla próxima a Taiwán, que ha suscitado enormes críticas de las autoridades chinas por entender que el país nipón persigue "una confrontación militar" de la que saldrá "derrotado". Mientras tanto, el ejército chino continúa realizando misiones y maniobras militares regulares en las inmediaciones, un acto simbólico con el que busca mantener la presión sobre una isla que es independiente de facto desde 1949.
Pero las tensiones en el Pacífico no son las únicas que ponen frente a frente los intereses de China y Estados Unidos, pues también en el Caribe cuentan con diferentes aliados. Así, el país asiático ha vuelto a respaldar a Venezuela ante el último movimiento de Trump contra el régimen de Maduro: el bloqueo de los petroleros que operen en la zona.
China "se opone a toda forma de intimidación unilateral y apoya a los países en la salvaguardia de su soberanía y dignidad nacional", ha manifestado el mismo portavoz, antes de secundar la solicitud de Caracas para convocar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad y abordar la creciente presencia militar estadounidense en aguas del Caribe y el Pacífico. "China cree que la comunidad internacional comprende y apoya la postura de Venezuela en la defensa de sus legítimos derechos e intereses", ha remachado el representante del gobierno chino.
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