José Antonio Constenla
Defensa de la Democracia en tiempos de amnesia
De la tan manida crisis? Sólo podemos decir que día a día crece, crece y crece... Y por lo que se ve, nadie lo puede arreglar ni lo intenta.
¿Del tiempo? Hasta ahora ha estado tan loco y cambiante como la mayoría del género humano, que adolece de muchos tipos de locura; desde las más inofensivas, hasta las más lesivas...
¿De los emigrantes? La mayoría lo pasan mal; otros, peor, y los más afortunados, tirando lo mejor que pueden.
¿De los niños? Los que aprobaron, la mar de contentos, todos disfrutando o pensando en sus próximas vacaciones. Los que han suspendido, ni fu, ni fa, tirando a fuuu... ¿De los jóvenes estudiantes? Unos pasándolo bien; otros envidiándoles y renegando de su suerte, machacando lo que por despreocupación, pereza o mala suerte han suspendido.
¿De las jovencitas y hasta las ya talluditas? Explorándose esos indeseables restos de vello que asoman por donde no deben, preparando sus ceras y sus maquinitas y preguntándose: ¿Cabré en los bikinis del año pasado? ¿O tendré que comprarme otros?.
¿De los padres? Haciendo números y más números sobre sus posibilidades monetarias, sus itinerarios de vacaciones, sus problemas familiares, etc...
¿De los jubilados? Los que ya pasan de la llamada tercera edad, sentados en sus sitios habituales, contando sus batallitas; discutiendo los del género masculino sobre sus equipos de fútbol favoritos; sobre las monadas o la inteligencia de sus nietecitos; añorando su juventud perdida y su época activa. Otros, estirando perezosamente los brazos, bostezando y disfrutando como quieren o como pueden, practicando su hobby favorito en sus vacaciones sin fecha límite.
¿Los políticos? Frotándose las manos los que nadan en la abundancia; organizando sus vacaciones como quieren, sin importarles para nada lo de la crisis, ni de los del quiero y no puedo.
Y los menos afortunados, que no han llegado a donde pensaban y deseaban, descargando puñetazos sobre una sufrida mesa que los aguante, o renegando porque los pacientes votantes les han vuelto la espalda a pesar de sus palmaditas; o porque no les cuadran las cuentas con que habían soñado...
¿Y los delincuentes? Esos son los que más disfrutan y los que más trabajan con las vacaciones, porque estas son terreno abonado para sus fechorías.
Y tú, querido lector, ¿cómo vas a pasar tus vacaciones? Claro que no me lo vas a decir; pero créeme que te deseo de todo corazón, que las pases lo mejor posible, y que, al regreso de tus viajes, encuentres tu casa intacta...
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