Opinión

Buenas vibraciones

Una forma maravillosa de entender el baloncesto y como debe disfrutarse en la grada. De eso dio ejemplo un Pazo a tope en el duro enfrentamiento del COB ante el exACB Andorra. Cada amago de los andorranos por despegarse en el marcador no venía si no a agrandar el ánimo de la grada en su intento por mantener el desafío de su equipo en la cancha. Y así fue  hasta que la falta de fuerzas minimizó al COB hacia el cierre del partido. Con la irrupción, en el  momento más complicado, de Nogués para romper la duda, que lo es cada vez menos. 

Quizá el marcador, para los más neutrales, puede ser una victoria hasta cómoda. Pero el seguidor ourensano pensará que esta vez las sensaciones son muy distintas respecto a otras derrotas anteriores ante rivales inferiores. 

Un buen planteamiento e intensidad. Mejoró en ataque el COB y más tras la llegada de Jhornan Zamora, aunque en esta ocasión no tuvo su día en el tiro, y más aún en defensa con Kurt Kuath: “Cuando Darrell salta a la pista es como si sintieras una descarga eléctrica. Es increíble. Entra en la cancha, te toca, y notas la electricidad por todo el cuerpo”. Lo que Grant Hill decía de su compañero, -exCOB y mejor sexto hombre de la NBA en ese momento- define lo que fue la incorporación del nuevo pívot ourensano al juego. Su intensidad ante los Dos Anjos, Maric o Llovet, vino a alborotarlo todo... hasta la grada. Necesitaba el COB un jugador así. 

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