Todo empezó por la disposición ourensana de jugar los unos con los otros. Era el único modo de superar al exACB Gipuzkoa, que se sostuvo en la individualidad (Jaworski, 31 puntos, 6 rebotes). Para finalizar a modo de todo un enfrentamiento NBA: Ja Morant -Memphis- no dudó a la hora de planificar esa última jugada y brindar a Brandon Clarke la opción de llevar el partido a la prórroga con una sensacional asistencia. El base, que había engañado con sus fintas a la defensa en las posesiones anteriores para anotar o forzar faltas, volvió a manipular a los locales -Warriors- sacándose de la manga un pase para que este machara a placer. Pongan a Pilepic en lugar de Ja Moran y como receptor de la asistencia a Peciukevicius para anotar un último y definitivo triple.
Delicatessen como Jhornan Zamora (21) se genera el espacio saliendo del bloqueo directo para superar a su defensor y cuando el hispano venezolano se toma un descanso surge Pilepic (16). Como en cualquier otro equipo hay un primer escolta, Willett, un segundo que puede ser alguno de los nombrados, y un tercero, Ventura (14) presto a mantener las revoluciones. Ellos cambiaron el partido. A ellos se une Kuath. “No es mejor quien ponga más tapones, sino quien desvíe más tiros” (Mutombo, un especialista).
Así firmó el conjunto cobista la actuación más eficiente del presente curso. Bien es cierto que en los ourensanos, su técnico Félix Alonso, acertó a la hora de demandar intensidad y precisión defensiva para contrarrestar la teórica superioridad vasca y si además te vas a los 89 puntos. Ciertamente, el COB jugó un duelo muy sólido, aguantando hasta un último cuarto en el que su defensa atosigó, provocó el error rival y no es exagerar decir que acabó siendo superior, más convincente que su rival.
