¿Por qué 'botellón'?

Publicado: 03 dic 2007 - 01:00 Actualizado: 10 feb 2014 - 23:59

Muchas veces me he preguntado ¿por qué y para qué una o más mentes ’privilegiadas’, idearon el ’botellón’ como un sistema para la diversión juvenil? Lo que no acabo de comprender es lo que tiene de divertido esa ridícula manera de reunirse de noche en un céntrico espacio, para trasegar cantidad de alcohol, drogarse y escenificar ruidosas orgías, demostraciones del más repugnante libertinaje; y convertirse, de jóvenes normales e inofensivos en apariencia, en unas piltrafas sobresaturadas de alcohol, molestando escandalosamente a los moradores del entorno, y algunos convirtiéndose, por efectos de la bebida, en violentos energúmenos provocando reyertas y hasta agresiones a veces bastante graves, y de madrugada dejando la calle hecha una asquerosa pocilga. Si alguno de vosotros, chicos, me leéis (que lo dudo) y pertenecéis a una de esas pandillas, aunque creo que lo sabréis de sobra y no os importe, ¿queréis escuchar un consejo fruto de una larga experiencia? No soy Catón pero, ¿por qué no lo pensáis un poco antes de participar en esas diversiones tan reprobables? El alcohol es una de las peores drogas, aunque esté permitido su consumo. Si se ingiere muy rara vez, y en pequeña cantidad, puede ser tolerable (aunque no aconsejable). Pero en la cantidad en que se trasiega en esos botellones, es tremendamente peligroso; al ingerirlo, sus vapores van directamente al cerebro, ejerciendo en éste graves trastornos, que en algunos casos han sido hasta mortales.

¡Queridos míos, por favor, no confundáis la modernidad, con la más estúpida rebeldía! Con el abuso frecuente producen alcoholismo, o sea una adición que convierte al paciente en una piltrafa humana; dañan el cerebro, deshacen el hígado, etcétera. Los otros tipos de drogas, que desgraciadamente ya sabemos a lo que conducen, y que también son de consumo habitual en los grupos ’botellonistas’, son uno de los peores azotes de la juventud, que los consume en una alarmante cantidad.

Y yo me pregunto por qué, en vez de divertirse arruinando su organismo, poniendo en peligro su porvenir y preocupando y hasta arruinando a sus familias, no crean centros de recreos sanos, y tanto o más entretenidos que ésos tan reprobables que han adoptado. ¡Hay tantas cosas agradables y factibles que los jóvenes podrían hacer en vez de arruinarse física y moralmente! Todos hemos sido jóvenes, y todos nos hemos divertido con moderación, sin tener que recurrir a ingerir productos tan nocivos para nuestra salud, y con la agravante de que pueden ser hereditarios en la descendencia; y sin escandalizar al mundo con nuestras reprobables extravagancias.

¡Queridos míos, por favor, no confundáis la modernidad con la más estúpida rebeldía! Desechad las malas compañías y pensad solamente en vosotros mismos y en vuestros padres, que son los que más sufren con vuestro demencial proceder. Afortunadamente aún hay un gran porcentaje de buenos chicos que son nuestro relevo y la gran esperanza del futuro de nuestro querido planeta. A ellos les deseo de todo corazón una vida de venturas, y a los otros, a los rebeldes, que Dios les ilumine para desviarlos del camino erróneo.

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