Carlos Risco
LA CIUDAD QUE TODAVÍA ESTÁ
La puerta que fue bodega en la calle Hernán Cortés
No era el mejor partido para pensar en cortar la racha negativa por la entidad del rival, pero el COB tuvo opciones de dar la sorpresa en más de treinta minutos de juego por su mejoría en defensa, que es lo más positivo del partido.
El equipo recuperó esa intensidad de antaño en muchas fases del juego y con ello minizó muchas virtudes de un candidato al ascenso y le faltó la faceta ofensiva para poder llevarse el triunfo final. La baja Moody es un lastre muy importante para el equipo en lo que a anotación se refiere como se volvió a constatar, pero la derrota se cimentó en la mala lectura del juego, de las ventajas en ataque y la precipitación en ataque sobre todo en el último cuarto que fue un lastre insalvable.
El partido en Fuenlabrada, derrota al margen, debe servir para afrontar un punto de inflexión obligatorio en el partido ante Castellón en el que solo vale ganar, cortar la preocupante racha de derrotas, alejar el abismo del descenso o pensar que el final de temporada será muy complicado. Pensar en otros objetivos ahora mismo es irreal y un error.
Partido durísimo para el COB, que siempre se estuvo a la altura. Lo condenan los inicios de los tres últimos cuatros (8-2), (10-4) y (8-2), pero habiendo tantos puntos en el rival es muy difícil de evitar. La primera parte se domina desde el control del ritmo, defensa de mucho nivel y el juego interior. En la segunda las sensaciones cambian y un Fuenla más agresivo y mejor defensivamente fue capaz de anotar con más fluidez, aún así el COB tiró de raza y se reenganchó al partido, pero jugaba “sin red” . Ahora, una “final” para cumplir el objetivo inicial y buscar otros mas ambiciosos.
El COB vuelve a quedarse en la orilla. Un día más los ourensanos compitieron hasta el final contra uno de los gallos de la competición, al que dejaron “vivo” en el primer tiempo. Tras el descanso, el partido cambió de guión (con mucho más contacto físico) y pese a un gran Ogunsipe, fue la buena mano de Durán la que permitió la escapada local, ya en el último cuarto. Los cobistas reaccionaron pero Fuenlabrada administró bien su renta (que llegó a ser de 13 puntos), y con menos nervios al final, lograr una difícil victoria y dejar sin premio a su rival.
¡Quién lo diría, pero en vaya enredo se ha metido el COB! Una lástima porque, de nuevo, ante uno de los “cocos” de la liga, el Fuenlabrada, el equipo de Moncho López jugó bien y llegó hasta bien pasado el descanso por delante y con opciones reales de llevarse el partido. Una película ya repetida ante Betis, Estudiantes, Obradoiro o el propio Fuenlabrada en el Paz el pasado 11 de enero. Ese día llegó (89-90) la primera derrota de una racha que suma ya 12 partidos perdidos de los últimos 13 jugados.
¿Razones? Seguro hay muchas. La ausencia de Moncho Lóperz, las lesiones o que algunos jugadores, bien por desconexiones mentales, cambios de posición o pura irregularidad, bajaron su rendimiento. Duele especialmente la derrota con Morón y la semana fatídica donde Cartagena, Oviedo y Zamora pasaron por encima del COB. Cuatro partidos que hubiesen cambiado la temporada. Pero es pasado y ahora toca mirar, lo primero, hacia abajo. El próximo partido en el Pazo adquiere el valor de una final. Y más allá de resultados, repetir que el COB jugó bien. Toca que lo haga ante los equipos de su liga.
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