Cuando el juego se extravía

Al COB del sábado, ante el Menorca, le ocurrió como esa literatura desmañada, sin orden ni síntesis, hecha de apócopes y jerga, a veces indescifrable. Y cuando el juego se extravía lo consecuente es la derrota. Y no es que Menorca desarrollara un juego más académico, pero sí estuvo más acertado de cara canasta. De manera especial en cuanto a los tiros libres, que fueron muchos -excesivos a entender del Pazo- y acreditado sustento visitante en el tramo final del partido. Derrota que viene a apretar la lucha por entrar en el play off.

Disfrutar del trayecto hacia el play off de ascenso ya es un objetivo y una meta

Cierto que no hay un equipo perfecto, todos tienen patio trasero, pero algunos, en este caso los interiores Ben Krikke y Romaro Gill supieron hacer mejor las cosas que los exteriores. No tanto Ogunsipe. En un difícil equilibrio se queda un Javi López, tan capaz de liderar la remontada, como tan inhábil en un saque de banda de partido. Lástima. Como también lo fue que la rigurosidad arbitral no dejara entrar en el partido a Moody. ¡Y qué falta hacia el acierto del norteamericano! Pero, bueno, son cosas que pasan y contra las que poco se puede hacer, salvo aplaudir al ganador y pensar que esto es el baloncesto, gloria, canastas imposibles, grandes recuerdos... pero dentro de todo este brillo también hay instantes en los que el cielo -las nubes- se oscurecen.

Lo cierto es que son muchos los aficionados que se han vuelto enganchar al COB. El técnico ourensano ha logrado configurar un buen grupo de trabajo con una capa de jugadores muy interesante y disfrutar del viaje ya es la meta.

Luego está la excelencia y por ello se ven capaces de competir. Y Moncho López así lo defiende. Que este tropiezo se quede en una puntual discordancia y no trascienda al plano de la realidad es primordial y el viaje a Zamora la verificación más inmediata.