Un despido y una reaparición

CRÓNICA INTERNACIONAL

Publicado: 05 may 2025 - 02:10

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Una cosa es que el presidente de Estados Unidos se desdiga de sus decisiones previas como ocurre en materia económica, y otra bien distinta que los miembros de su gobierno cometan errores de principiantes que además ponen en evidencia su incompetencia. El cese del consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, como consecuencia del “Signalgate” solo tenía de sorpresa el momento en el que pudiera producirse, tras la utilización de la red de mensajería Sígnal en la que creó un grupo para intercambiar mensajes entre altos cargos relacionados con la defensa, con la inclusión de un periodista de la revista antitrumpista The Atlántic, en el que se intercambiaron datos confidenciales sobre un ataque a una base de los hutíes en Yemen.

Desde que se conoció el incidente, Mike Waltz estaba sentenciado, no solo porque hubiera perdido el favor de unDonald Trump que se mostró explícito por la vía de los hechos, sino porque también habían pedido su cabeza importantes sectores ultraconservadores de su partido porque es un halcón partidario de las intervenciones exteriores de Estados Unidos, algo que va en contra de una de las posiciones tradicionales del trumpismo de no provocar nuevos conflictos bélicos, aunque los ataques a los hutíes no entran en esa categoría sino en la de defensa de Israel y del comercio internacional por el Mar Rojo. La siguiente duda es si el “Signalgate” alcanzará al secretario de Defensa, Pete Hegseth, por estar implicado en la metedura de pata.

Donald Trump esperó a que pasaran los fastos organizados por sus cien días de gobierno para proceder al despido de Mike Waltz, y ese hito fue el que también utilizó la ex vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, para reaparecer con un mensaje muy crítico hacia las políticas del presidente de EE UU

El movimiento de Trump tiene otra derivada, la del ascenso del secretario de Estado, Marco Rubio, que asumirá las responsabilidades de Waltz, algo inusual en la Administración estadounidense desde hace cincuenta años. El ya ex consejero de Seguridad Nacional será nombrado embajador de EE UU ante la ONU, un organismo inútil según Trump, pero al que recurre para demostrar lo poco que le importa el multilateralismo.

Donald Trump esperó a que pasaran los fastos organizados por sus cien días de gobierno para proceder al despido de Mike Waltz, y ese hito fue el que también utilizó la ex vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, para reaparecer con un mensaje muy crítico hacia las políticas del presidente de EE UU en las que advirtió que el país está al borde de una crisis constitucional porque está acabando con el equilibrio de pesos y contrapesos y por su desafío a las decisiones judiciales. Harris está sopesando si presenta su candidatura a gobernadora de California y entre tanto apoya la labor de congresistas como Bernie Sanders o A lexandra Cortés-Ocasio, que son las figuras que tratan de sacar al Partido Demócrata del desconcierto en el que se hayan taras la victoria de Trump.

Que este sea el presidente peor valorado de la historia tras sus cien primeros días de gobierno por las consecuencias de sus decisiones despierta las esperanzas de los demócratas de que puedan obtener un buen resultado en las elecciones de medio término previstas para dentro de dos años, si Trump persevera en lo que consideran sus errores.

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