Pilar Cernuda
LAS CLAVES
Sánchez, cuestionado por los suyos pero inamovible
TRAZADO HORIZONTAL
Antes de la foto familiar sucesoria de Oviedo, el rey presidió el Congreso Nacional de la Empresa Familiar con asistencia de Feijóo. La foto de familia es la expresión certera del significado y alcance de la frase que popularizó Bill Clinton en la campaña electoral estadounidense de 1992: “Es la economía, estúpido”. La Empresa Familiar genera el 70 por ciento del empleo en España y el 60 por ciento del valor añadido del Producto Interior Bruto, de forma que quien no entienda la influencia de la economía de bolsillo en el voto quedará fuera de juego en los próximos comicios. La prueba de que esa ecuación proporciona resultados electorales óptimos, y no los parches de las paguitas, es que el Gobierno ha rectificado a medias el nuevo sablazo fiscal a los autónomos. Feijóo lo sabe, y trata de dar rigor a sus políticas económicas mientras Sánchez se pierde en sus delirios de apestado estadista internacional anti-OTAN y de relojero del cambio de hora en Europa. Pero hay otra empresa familiar que la izquierda cultiva con ahínco y la derecha derrocha con extrema negligencia.
Se trata de la empresa familiar de los partidos de centro-derecha frente al bloque Frankenstein de la extrema izquierda y la ultraderecha golpista de Junts, sin cuya suma, colaboración y entendimiento será imposible sacar a Sánchez de la Moncloa. PP y Vox parecen empeñados en facilitar la política divisiva del sanchismo, que consiste en enfrentar a las siglas que suman mayoría absoluta en las encuestas serias mientras el CIS del socialista Tezanos engorda al partido de Abascal con evidente intención de cocinar una inexistente diferencia de 15 puntos en favor del PSOE sobre el PP. Dicho esto, parece certificado por todos los sondeos que los jóvenes agradecen la claridad agresiva del mensaje de Vox frente al predicamento tradicional del PP.
Esa empresa familiar requiere inteligencia y contención, cesiones tanto por parte del PP como de Vox, y buscar un punto intermedio de conexión que retrate al sanchismo extremista. Decirlo es fácil, y hacerlo es tarea difícil como demuestran los hechos.
La empresa familiar del centro derecha obliga a una estrategia electoral conjunta que vaya por delante de las muletas que coloca el sanchismo. Es evidente que a Sánchez le da resultado, y de hecho lo rentabilizó en las elecciones generales de 2023 tras los pactos autonómicos mal gestionados por el PP en Valencia, Castilla y León y Extremadura, donde una Guardiola sin presupuestos se apresta a convocar elecciones. Esa empresa familiar debe establecer lo que es prioritario y conveniente para España más allá de repartirse el voto contra Sánchez. Consiste en sellar un pacto de no agresión, y fundamentalmente, evitar las provocaciones de agitación del sanchismo cuando mete en el mismo saco de la “extrema derecha” a ambos partidos. Quitarse los complejos, como hace la extrema izquierda, es una buena solución, por cuanto no hay nada más ultra que pactar con los golpistas catalanes y los herederos políticos de la banda terrorista ETA, del mismo modo que no hay nada menos progre que el récord de paro juvenil y la imposibilidad de acceder a una vivienda.
Esa empresa familiar requiere inteligencia y contención, cesiones tanto por parte del PP como de Vox, y buscar un punto intermedio de conexión que retrate al sanchismo extremista. Decirlo es fácil, y hacerlo es tarea difícil como demuestran los hechos. Pero quizás Feijóo y Abascal deberían intentar entenderse para sentar las prioridades de la próxima campaña electoral, que está al caer como proyecta el electoralismo masivo de Sánchez en todos sus movimientos y el ultimatum del prófugo Puigdemont. Es evidente que la denuncia de la corrupción sanchista debe contrarrestar asuntos de debate y relato político como el aborto y el guerracivilismo. Por eso la empresa familiar del centro-derecha es prioritaria si no quiere ver de nuevo como Pedro el demagodo reproduce una mayoría de minorías habiendo perdido las elecciones. Esa es la clave para que el PP no tropiece de nuevo en la misma piedra.
Tanto a PSOE como a Vox les va bien “la pinza” contra Feijóo, porque ambos se benefician. Que el PP se acerque a Vox sin que lo parezca es complicado, y para eso está la legión de asesores de la Moncloa y la opinión sincronizada, para esparcir con la máquina del fango el bulo antifascista. Desmontar esa burla empieza por uno mismo, es decir, por defender la lealtad democrática de PP y Vox que otros no pueden abanderar. El cerco de la corrupción al sanchismo no tiene más salida que facilitar la alternancia y consumar el cambio para proceder a una regeneración democrática necesaria en España. Ese mensaje conjunto de PP y Vox, más allá de diferencias razonables, requiere distinguir lo importante del número de escaños. Y lo importante es que el país deje de estar sometido a un sanchismo refundacional con tics autoritarios y modos bolivarianos. La empresa familiar consiste en evitar que la propaganda cale a destajo en un electorado despistado y anestesiado. La verdadera empresa familiar del centro-derecha es que la sociedad entienda cómo el sanchismo traspasa las rayas rojas de la democracia y pervierte la separación de poderes. La auténtica empresa familiar es que el estado de derecho prevalezca sobre la corrupción, como sucedió con el PP de la Gürtel y la Kitchen, para que el sanchismo pague su responsabilidad política y judicial.
Un juez ha admitido a trámite la querella de Hazte Oír contra Santos Cerdán por falso testimonio en el Senado. Sin duda, estamos ante un aviso a navegantes de cara a la comparecencia del próximo jueves de Sánchez en la comisión que investiga en caso Ábalos-Cerdán-Koldo. El Supremo ha abierto la vía para investigar la supuesta caja B del PSOE y, en consecuencia, determinar la posible existencia de financiación ilegal. Con ese motivo, el juez Puente ha citado al exgerente del PSOE y a la secretaria Celia Rodríguez, cuyo nombre aparecía en los sobres de “chistorras” con las siglas del partido, para establecer el siguiente paso judicial. De momento acuden en calidad de testigos, con lo cual están obligados a decir la verdad como Sánchez en la comisión parlamentaria, y así evitar la posible acusación de falso testimonio en el futuro. Poco a poco se van conociendo las prácticas de cloaca de Leire Díez, que trató de extorsionar al Sabadell con información sobre el BBVA en pleno proceso de la OPA. El fiscal Stampa también grabó a Leire y Dolcet, quienes señalaron a Sánchez como ordenante de las operaciones con hedor a fango contra la UCO y jueces.
La entrada en prisión de Nicolás Sarkozy por financiar parte de su campaña electoral de 2007 con dinero de Gadafi es otro aviso a navegantes ante las investigaciones en curso sobre financiación irregular a la española. Sarkozy se ha convertido en el primer expresidente francés en entrar en la cárcel. El marido de Carla Bruni escenificó un ingreso carcelario triunfal entre el victimismo y su renacer político, si bien los 5 años de cárcel pesan como una losa en su credibilidad. Los abogados presentaron un recurso para sacarle de prisión en unas semanas o meses. Aunque tiene otros procesos pendientes, Nicolás Sarkozy no cumplirá, previsiblemente, la totalidad de la condena. No son buenos tiempos para la república francesa, con un Macrón en permanente inestabilidad y un Gobierno provisional. Y, por si fuera poco, tras el incendio de Notre Dame hemos asistido al roblo del siglo en el Louvre. Todo un serial a la francesa que promete grandes momentos lejos de aquella revolución, de Napoleón, de Alejandro Dumas y de la heroicidad de los tres mosqueteros. Porque cuando las barbas de tu vecino ves cortar pon las tuyas a remojar.
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