Cartas marruecas

El Gobierno asegura que está dando explicaciones “desde el minuto uno” sobre el cambio copernicano de política en relación con el futuro del Sáhara. Cambio que de facto supone aceptar la soberanía de Marruecos sobre aquel territorio que fue colonia española. Sabido que los españoles conocimos la noticia al trascender el contenido de una carta dirigida por Pedro Sánchez al rey Mohamed VI de Marruecos cabe preguntarse si lo que afirma la ministra portavoz del Gobierno contiene algún tipo de homenaje a Georges Orwell y su famoso “Ministerio de la Verdad”. Parte del Gobierno, al igual que el jefe de la oposición (Alberto Núñez Feijóo) se enteraron por la Prensa del cambio crucial introducido en las relaciones bilaterales entre España y Marruecos.

Ninguna pregunta al respecto de semejante cambio y el por qué de sus razones tiene por el momento respuesta. El ministro de Asuntos Exteriores -que sí estaba al tanto de la carta- no ha querido dar explicaciones sobre el fondo de la cuestión. Más allá del intento de embalsamar el asunto en una retórica evasiva, de su comparecencia en el Parlamento solo queda claro que será Pedro Sánchez, cuando se digne, quien explicará las razones de un cambio tan trascendental. Quiere que sea el próximo día 30 en medio de una comparecencia en la que mezclará la próxima cumbre de la OTAN con las cuitas de Bruselas por los precios de la energía. Nadie sabe cómo justificara la oportunidad de la carta. Carta de la que la diplomacia marroquí ha obtenido ya un gran rédito y que ha generado enfado en Argelia cuyo Gobierno ha llamado a consultas a su embajador en Madrid.

El giro en relación con el futuro del Sáhara también ha provocado un encontronazo con los socios del Gobierno de coalición. La vicepresidenta Yolanda Díaz acusa a Pedro Sánchez de deslealtad aunque nadie espera que dichas acusaciones -que comparten los diputados de Podemos- se traduzcan en la renuncia de los ministros morados que forman parte del Ejecutivo. Sánchez les ningunea a sabiendas de que los podemitas nunca se han visto en otra y protestarán pero ninguno tendrá el gesto de presentar la dimisión. Sánchez actúa sin consultar a nadie porque esa es la idea que tiene del poder. El cambio de política con respecto al Sáhara es un episodio más que describe la idea vertical que tiene del ejercicio del poder en un sistema democrático sometido al control del Parlamento. Esperemos que el personal vaya tomando nota del talante del personaje.