Ya se especula cómo debería ser el sepelio de Juan Carlos I

Publicado: 23 sep 2022 - 03:00

Como era de esperar, dada su edad y achaques, se especula, tomando como modelo las interminables de la reina Isabel II, cómo deberían ser las exequias de Juan Carlos I. El antecedente inmediato de algo parecido fue el retorno de los restos de Alfonso XIII, el llamado “rey perjuro”, en el que el Gobierno de la época limitó, en contra de las pretensiones del conde de Barcelona, el ceremonial a que éste hubiera querido dedicar a su padre, de modo que no permitió que sus restos fueran velados y expuestos al público en el palacio real. Era un tanto forzado, pero con un acusado sentido simbólico, como queriendo rectificar la historia, especialmente, haciendo que sus restos retornaran por el mismo lugar por donde había salido de España tras las elecciones de abril de 1931. El Gobierno de entonces consideró que, teniendo en cuenta que fuera un rey que permitió la dictadura de Primo de Rivera, violando su juramento de fidelidad a la Constitución, era preciso contener las pretensiones de don Juan de Borbón y que el velatorio público iba a ser muy controvertido. Por ello se centró todo esencialmente en el homenaje de los ejércitos.

Dado que los despojos de Alfonso XIII estaban embalsamados, su colocación en la cámara de El Escorial resultó especialmente dramática, pues hubo que trocearlos para poder introducirlo, temor que actualmente se tiene con respecto al ahora llamado Juan III (rey inexistente) que debería pasar del pudridero al espacio que se le tiene reservado y que completa, porque no queda sitio para más, el Salón de Reyes. La mañana del 18 de enero de 1980 llegaban a Cartagena los restos mortales del rey Alfonso XIII. Era todo un mensaje, al traerlo por el mismo punto por el que saliera 49 años antes, y con todos los honores, a bordo de la fragata Asturias. Y aquí también hubo trasiego, primero traslado a pie y honores por parte de la Armada en un armón arrastrado por marineros; luego traslado en helicóptero del Ejército del Aire a El Escorial, y por fin, traslado al monasterio y honores en otro armón escoltado por la guardia real. Juan Carlos I había nombrado a su padre, almirante honorario, como comisionado real para el acto.

Es evidente que, aparte de otras consideraciones, tiene que estar previsto el ceremonial y el protocolo para cuando muera el mal llamado rey emérito. Por lo tanto, con independencia de donde fallezca, y los problemas derivados de su traslado a España, si muere en el extranjero, sus exequias estarán pautadas. Y en este caso, sin duda, el palacio real va a ser el centro de las exequias junto con la catedral de la Almudena. Se da por hecho, que el cadáver será velado y expuesto, como se hizo con Franco. Hay un problema suplementario, el mausoleo de El Escorial no queda sitio para Juan Carlos ni Sofía. En total, hay 26 sepulcros de mármol de los cuales 24 están ocupados. Los dos sitios restantes ya están reservados para don Juan y María de las Mercedes, condes de Barcelona, cuyos restos todavía están en el pudridero de reyes. El Patrimonio Nacional, en previsión del futuro, barajó varios proyectos al respecto, uno de ellos era la ampliación del Panteón, con una cripta de iguales características que colindase con la original. Se cree que, Juan Carlos I podría ser acomodado, como la reina de la romanza María de las Mercedes en la catedral de la Almudena. Pero incluso hay quienes han sugerido que se construya una nueva cripta en los aledaños del Palacio Real.

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