El festival nacional

La música en estado puro ha puesto sus acordes a esta semana y se ha acompañado de un pentagrama de confusión para aturdir al personal. Los países que intervienen en el Festival de Eurovisión son miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) y en ese concepto los artistas y las canciones representan a esos países y los estados no intervienen directamente. Las declaraciones de RTVE sobre Israel, posicionándose en contra, han puesto el antes alertando del servicio público bajo órdenes gubernamentales. En el después ya se ha encargado nuestro presidente nacional de provocar el humo aconsejando dejar a Israel fuera del festival, segundo clasificado de esta edición. Y ha conseguido publicidad tapando las notas que le aturden por doquier: el Parador de Teruel y la noche loca de Ábalos, las comisiones de Santos Cerdán, la petición para su hermano de tres años de cárcel, la confirmación de la Audiencia Provincial de Madrid sobre Begoña Gómez como aprovechada para vender favores por ser esposa de, y se da por hecho que no era nadie sin el presidente del Gobierno, su marido, el que baila el chiki-chiki del entretenimiento público.

Visto lo visto iremos a otro Chikilicuatre sintiendo la vergüenza ajena nacional y asesorado por los voceros de internet sin criterio musical y mucho tiempo libre

La justicia cabalga mientras vuelve Chiquilicuatre, personaje muy conocido en el contexto de Eurovisión que fue interpretado por el cantante español David Fernández Ortiz, en el Festival de 2008 con la canción “Baila el Chiki-chiki”, que se convirtió en un éxito viral en Internet. El impacto de Chiquilicuatre logró el puesto 16 con 55 puntos y Melody acaba de conseguir con su canción “Esa Diva”, el puesto 24 entre 26 con 37 puntos, un resultado de penúltima que ha venido acompañado de comparaciones con la perrea cómica de Rodolfo Chikilicuatre. Una injusticia para la profesional sevillana de este año que se ve metida en el tornado de los vaivenes políticos e ideológicos. Visto lo visto iremos a otro Chikilicuatre sintiendo la vergüenza ajena nacional y asesorado por los voceros de internet sin criterio musical y mucho tiempo libre de sofá oficina para WhatsApp a la altura de los del exministro Ábalos, considerado por nuestro presidente hombre influyente con criterio político, al menos en su pasado.

Chiquilicuatre y su canción “Baila el Chiki-chiki” resultaron de impacto significativo en la cultura popular española y en el Festival de Eurovisión de entonces; aunque no ganó el certamen, su participación es recordada y se pone a la altura del festival nacional que sufre el país.

Los WhatsApp de Ábalos han removido tierras y los chantajes dentro del entorno de Koldo al Partido Socialista Obrero Español, en la calle Ferraz de Madrid, han pasado a ser amenazas con grabaciones, nada de mensajitos de momento de reposo. Sí, suben las categorías en todos los géneros nacionales y no solo el del Festival de Eurovisión con el presidente del Gobierno como comentarista especial este año. El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, acorralado y a un paso del banquillo, ya estará presente en el próximo pleno del parlamento regional previsto para el 29 de mayo, tras dejar la Diputación de Badajoz. Para que luego se diga que el miedo es una sensación paralizante. El caso del hermano del presidente Sánchez le amenaza y sus movimientos dejan claro que ser aforado le protege de ser juzgado por la justicia ordinaria.

Suena el ukelele de chiquilicuatre y es tiempo de protegerse y tener a mano el flotador. El sálvese quien pueda pone letra a nuestro festival nacional.