Gobierno de chamanes

Esta misma semana se debatió en el pleno del Congreso de los Diputados la Proposición No de Ley (PNL) que presentaba el Partido Popular para que no se cierren las centrales nucleares en España. Esta PNL fue aprobada por 171 votos a favor y 164 en contra, con las abstenciones de Junts y ERC. Los representantes de los españoles han hablado y han dicho que las centrales nucleares españolas no se deben cerrar.

Esto al gobierno le entra por un oído y le sale por el otro. Fundamentalmente porque una PNL no es vinculante y no obliga a nada al ejecutivo. Pero, sin duda, es un síntoma más de la debilidad de este gobierno al que, en cualquier momento, sus socios independentistas pueden hacer la pinza de nuevo. Como ya sucedió con el impuesto a las eléctricas, que no consiguieron aprobar a pesar del mayúsculo cabreo de Podemos.

Hablando de Podemos, su representante en el Congreso hizo uno de los ridículos más espantosos que recuerdo en la Tribuna de Oradores. Uno puede ser pronuclear o antinuclear, faltaría más. Lo que no se puede ser es un indocumentado, máxime cuando los españoles te están pagando un sueldo para que te ocupes de asuntos serios. Si tienen ocasión no se pierdan la intervención del señor Javier Sánchez Serna, cinco minutos de puro caviar dialéctico, a medio camino entre el analfabetismo funcional y un cinismo de cemento.

Se deberían vender un millón de coches eléctricos cada año desde ahora hasta 2030. El año pasado no se vendieron ni 100.000 (“únicamente” se han equivocado en un factor 10).

Durante mucho tiempo yo mismo he manifestado que España estaba sola en el mundo en su posición antinuclear. Que éramos el único país del mundo que, teniendo centrales nucleares, las quería cerrar. Ya podemos decir la verdad, no es España la que se queda sola en el mundo, sino este gobierno de chamanes, profundamente anticientíficos, que nos ha colocado en una posición indefendible y que ya ni siquiera apoya la mayoría del Parlamento en nuestro país. No olviden que este gobierno ya utilizó la ciencia como parapeto para encerrarnos en nuestras casas de forma inconstitucional, amparándose en un comité de expertos imaginario que nunca existió.

Ellos siguen erre que erre con su relato inventado. Continúan diciendo que las centrales nucleares no son necesarias porque tienen un plan muy solvente para cerrarlas. Permítanme enumerarles los pilares del plan que tiene el gobierno. En primer lugar, planearon construir unas interconexiones eléctricas con Francia…sin haber hablado con Francia. Un plan sin fisuras. Obviamente, nuestros vecinos galos han dicho que de interconexiones nada de nada. En segundo lugar, según su plan, este año 2025 deberíamos instalar 6.000 MW de energía eólica. El año pasado se instalaron apenas 500 MW y este año vamos por el mismo camino (“solo” se han equivocado en un factor 12). En tercer lugar, se deberían vender un millón de coches eléctricos cada año desde ahora hasta 2030. El año pasado no se vendieron ni 100.000 (“únicamente” se han equivocado en un factor 10).

No es que tengan errores de planificación, es que si no planificas nada te confundes menos. Pues con estos mimbres han hecho el cesto para cerrar las centrales nucleares. Únicamente pretenden engañarnos con una supuesta transición energética que no va a tener lugar en el plazo que nos han dicho y una supuesta electrificación de la economía que no se está dando en absoluto.

Y ahora viene el siguiente giro de tuerca del asunto. En unas pocas semanas empezaremos a ver precios cero en el mercado mayorista de electricidad durante las horas de sol. Es decir, la mayoría de las energías solares van a producir electricidad y no van a cobrar por ella. Y esto va a suceder muchos días desde ahora hasta el próximo otoño. Y cada año va a ser peor. Por tanto, vamos a empezar a ver cómo empresas solares tienen que refinanciarse y muchas de ellas quebrarán. El sector solar lo va a pasar muy, muy mal y el plan del gobierno no se va a cumplir de ninguna de las maneras.

Ellos lo saben, pero también saben que cuando esto suceda ellos ya no estarán en el gobierno. Así que yo, intentando pensar como lo haría un político de su calaña, empiezo a creer que el cierre nuclear es una estrategia premeditada para dejar el sector energético hecho unos zorros (y por ende, el país) para que el marrón se lo coma eso que ellos llaman “la ultraderecha”. Hilan fino. Desde luego no son como el de Podemos.