La gran cacicada

TRAZADO HORIZONTAL

Acción abusiva del poder como prueba arbitraria de gobierno. Autoritarismo insolidario con la igualdad de derechos.

Publicado: 20 jul 2025 - 00:10

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congresode los Diputados.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congresode los Diputados.

La España que mejor le va al sanchismo es la de la batalla campal de Torre Pacheco y el caso Montoro para desviar la atención de su calvario judicial. Dado el deterioro y degradación del régimen le conviene una España enfrentada, de apariencia xenófoba y brotes de violencia mientras el encargado de la seguridad hizo dejación de funciones en Wimbledon y su jefe se esconde tras carantoñas de victimismo facilón y viajes estériles a Mauritania. La España que mejor describe la catadura del sanchismo es culpar a la oposición de los disturbios de Torre Pacheco, porque eso le da oxígeno y le permite ondear el eslogan de la extrema derecha fascista y racista con el que sostener un relato de conspiración general contra Pedro bonito menguante. La España que define al sanchismo es la de la desigualdad del cuponazo catalán y la seguridad social vasca, porque representa a la perfección la gran cacicada con la que favorecer a los socios a costa de los españoles para permanecer en La Moncloa. Eso se llama compraventa de apoyos que paga la sociedad española, una suerte de prevaricación y malversación ética del voto representativo de la democracia. La gran cacicada del sanchismo es estimular el enfrentamiento entre territorios y españoles, porque ello cumple la expectativa del “divide y vencerás” que necesita el capitán para polarizar la convivencia y rentabilizarla políticamente. La España que estimula este régimen es aquella enfangada en la presunta corrupción sistémica política, gubernamental y familiar mientras el poder sospechoso investigado por los jueces y la UCO sigue engordando la leyenda de un sanchismo sin escrúpulos; sin límites ni códigos morales. La España del sanchismo es la de la autoamnistía inconstitucional, esa España obstinada, soberbia y narcisista que convierte en demagogia progre los incidentes de Torre Pacheco y la cesión de privilegios en una normalización legislativa que esquiva la ley ante el chantaje de unos socios traicioneros e insaciables.

El exministro del PP ahora imputado al que sus víctimas fiscales le tienen ganas mientras ello sirve para nivelar el relato del “tú también”, pues los números de las corruptelas sanchistas no dan para el “y tú más”

España no es un país racista, sino un país sometido al uso político partidista tanto de la inmigración legal como ilegal. Torre Pacheco es una prueba más de esa estrategia que utiliza la evidencia de la agresión a un ciudadano español por parte de un magrebí detenido en su huida y encarcelado. Cierto que grupos ultras se colaron en la reyerta de Torre Pacheco, pero eso no debe cegar la visión de la raíz del problema: la falta de una política migratoria eficaz, el efecto llamada por razones electoralistas y el uso de los incidentes de Torre Pacheco contra los actores de la oposición y lo público como politización obscena de la realidad.

La gran cacicada del sanchismo consiste en acusar a los demás de todas sus culpas y juego sucio. Es decir, mi corrupción es mejor, como el colesterol bueno, porque la tuya ya diagnosticada, investigada o juzgada justifica mis fechorías y me da cobertura. O sea, la gran cacicada de la amnistía, la ruptura de caja común y otras cesiones al chantaje societario se producen por culpa de la intransigente oposición porque no apoya mis desvaríos y maniobras para seguir en el poder bajo el pretexto de pacificar la convivencia. Vamos, que lo de Marcial Dorado y el novio de Ayuso como lanzas de ataque es obligado pero las saunas del suegro, el lupanar sanchista y las tribulaciones presuntamente delictivas de la esposa y el hermano son invenciones del facherio judicial y mediático y coartadas de falso victimismo. Hacer pasar el bien común por el santo y seña del sanchismo cuando en realidad lo único que le importa a Pedro es su bien personal es una cacicada de tamaño gigante y motivación falaz. Y pretender hacer creer a la población que ganó las elecciones cuando las perdió o que cambia de opinión cuando miente y engaña al votante está también dentro de las cacicadas preferidas del sanchismo. El sanchismo como ciencia infusa de la democracia es la explotación sin contemplaciones del poder caciquil de cloacas y fontaneras hasta derivar en “organización criminal”, según los magistrados que no se manchan las togas con el polvo militante del camino. Hasta la Comisión Europea dice que la amnistía va contra el interés general por ser un acuerdo de investidura y la Audiencia de Sevilla denuncia en Europa que el Constitucional de Pumpido se extralimitó en la rebaja de la condena de los ERE. De nuevo las filigranas del sanchismo y sus secuaces para distinguir entre su corrupción y la de los demás proporcionando impunidad a Chaves y Griñán y un guion electoral en Andalucía a Montero, que se borró de la foto del cuponazo catalán por puro electoralismo vergonzante. Montero y Montoro, el exministro del PP ahora imputado al que sus víctimas fiscales le tienen ganas mientras ello sirve para nivelar el relato del “tú también”, pues los números de las corruptelas sanchistas no dan para el “y tú más”. La gran cacicada se verá en toda su dimensión cuando se obre el cambio y se levanten las alfombras. Entonces contemplaremos en toda su crudeza y nitidez la dimensión de la obra del sanchismo, las consecuencias de la gran cacicada con la que se ha manejado España sin respetar el interés general, la igualdad y los derechos de todos los españoles.

El profesor sin plaza

Pablo Iglesias ha anunciado que dejará de dar clases en la Universidad Complutense de Madrid. Iglesias Turrón desiste en su empeño de ser profesor asociado porque no ha logrado su plaza para impartir la asignatura doctrinaria de Ciencia Política, como ocurrió en 2022 cuando algunos piensan que estuvo sobre puntuado recién salido del Gobierno. Iglesias se presentó esta vez a tres plazas, pero el tribunal vio y valoró mejores candidatos. La docencia universitaria no entiende de demagogias ni propaganda política, y valora las condiciones y el conocimiento de la materia, que no se aprende llegando a vicepresidente por razones de pactos o haciéndose el indignado oportunista durante el movimiento 15-M. Por razones distintas bien conocidas, su compañero Monedero, también ideólogo de Podemos, dejó o le dejó la Complutense. Ahora Pablo Iglesias dice que creará un curso virtual de análisis político y estratégico. Pregunta: ¿Cobrará o será simple vocación? ¿Lo hará por amor al arte o de forma profesional para ganarse la vida, que también tiene derecho, en un nuevo crowdfunding comunista?

Palbo Iglesias
Palbo Iglesias

La cura del portavoz

El portavoz del PP, Borja Sémper, anunció esta semana por sorpresa que padece cáncer y que dedicará todos sus esfuerzos a la curación. Sémper demostró una gran y templada entereza al anunciar su lucha médica contra un tumor cancerígeno que seguro ganará. El portavoz popular, quien encarna la moderación centrista que persigue Feijóo, probablemente sabía ya el diagnóstico, tras una revisión rutinaria, durante el reciente Congreso del PP, donde se mostró accesible y activamente empático con compañeros de partido y periodistas. La cura del portavoz requerirá de sus mejores cualidades como comunicador y como persona, con resiliencia a prueba de quimioterapia y fe en el tratamiento sanitario y sanador. Una batalla tan valiente como la que el político vasco ha dado siempre contra el terrorismo, desde la firmeza, las convicciones y la defensa del derecho a la vida por encima de otros valores. Sémper disminuirá su presencia mediática cuando lo requieran los médicos, y pronto estará de nuevo a punto “para ser ministro portavoz” en un futuro Gobierno de Feijóo.

Borja Sémper, el pasado 16 de junio.
Borja Sémper, el pasado 16 de junio. | Europa Press.

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