Opinión

No son juguetes

El Gobierno de Reino Unido ha confirmado el reconocimiento formal de los animales como seres sensibles. Quien los ha tenido y se ha fijado en ellos y en su comportamiento, ya lo sabía desde siempre. Los animales no son juguetes, ni objetos de entretenimiento, ni cosas que se dejan y abandonan a voluntad, ni chivos expiatorios en los que descargar las crueldades que genera la mala conciencia. Tendría que haber leyes contundentes sobre esto. Ellos también sienten y padecen, son leales, quieren y guardan al amo. Al hilo de esta noticia, usted ya lo sabe querido lector, pero es bueno recordar que humanos y gorilas, por ejemplo, compartimos el 98% de los genes, sin hablar de la mosca del vinagre.

También sería recomendable bajar de la parra en algún momento, y suavizar el tono, porque estamos sumamente cerca los unos de los otros, aunque claro está, en términos de composición genética. Existe un video asombroso, ya viral, en el que se muestran unas interesantes analogías maternas que compartimos con los primates, aunque pensamos y vivimos de forma diferente. Pero, para bien o para mal, no podemos olvidarnos de que pertenecemos a la cadena trófica o alimentaria que impone la naturaleza, y nosotros somos una parte de esa naturaleza y sus leyes, en la que vivimos y nos desarrollamos. Y así será siempre hasta que nos convirtamos en robots. Pero los robots también estarán hechos con las materias y los elementos que proporciona la naturaleza, cerca, o lejos del planeta. El citado video, en concreto, muestra como una madre gorila hace ademanes de cariño hacia un bebé humano que, en brazos de su madre, está al otro lado del cristal que los separa. El video fue grabado en el Franklin Park de Boston y tales eran las manifestaciones de amor, que maravilló a las gentes.

A título personal, diré que no es la primera vez que me siento impactada al contemplar la mirada de los primates, porque me transmite algo entre tristeza y dulzura. Pero claro, es una percepción personal, que no tiene por qué ser así en general. Veo un video en el que figura una mamá tigre con sus cachorros. El tremendo poderío que desprende la imagen es fascinante, porque contrasta con la ternura que evidencian las crías. Y ahí están de nuevo las similitudes. Impresiona ver el mimo y la delicadeza con que la formidable mole rayada, cuida a sus hijuelos.

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