Opinión

Submarinos último modelo

Escribamos hoy sobre cómo la realidad imita al arte, cómo los genios se adelantan al tiempo, cómo las ideas toman forma en una superación extraordinaria dados los adelantos de todo orden, y por supuesto, de los grandes hombres existentes en todos los momentos de la historia humana. Tengamos aquí a Julio Verne y su novela de ficción, “20.000 leguas de viaje submarino”. Los submarinos ya hace muchos años que están ahí con las valientes tripulaciones que no sienten miedo a las aguas densas e inmensas que dominan el espacio marino sobre sus cabezas. Tampoco sienten el horror de la claustrofobia.

Cierto que los submarinos en la realidad no son tan confortables y lujosos como el Nautilus, ni son comandados por seres herméticos como el Capitán Nemo, pero sí que corren los mismos riesgos y tienen que luchar contra toda clase de elementos como el protagonista del escritor, poeta y dramaturgo francés. Por otro lado tenemos al periodista y novelista inglés, Ian Fleming, creador de James Bond, con licencia para matar, personaje de una saga de aventuras de espionaje que, desde 1953, a través de sus varios intérpretes, sigue gozando de buena salud. Pero, ¿por qué traigo aquí a estos dos escritores y sus creaciones? ¿Qué tienen en común? Pues ustedes, queridos lectores, lo saben igual que yo: esos maravillosos submarinos que transitan y recorren el planeta por el fondo de los mare. En el caso del de James Bond, el que utiliza en la película “La espía que me amó”.

¿Y qué más? Mucho más. Tanto que el mundo queda asombrado cada vez que salen a la luz los originales proyectos del famoso empresario y emprendedor norteamericano, Elon Musk, y los sorprendentes vehículos que pone en práctica y que nadie ignora. Su nuevo invento ha dejado admirados a los amantes de la tecnología y de la ciencia, porque la compañía de Elon Musk, acaba de diseñar un coche submarino, idéntico al de la citada película de Bond. ¿Se puede pedir más? Por supuesto que sí. El CEO de la compañía que él preside señala que hace 42 años que los espectadores pudieron admirar en la pantalla grande lo que entonces era fantasía de escritor. Hoy esa fantasía está diseñada para ponerla en marcha en la actualidad. No sería extraño que las futuras generaciones, fuesen los nuevos Nemos y Bond, que se paseasen pilotando un coche precioso por el fondo de los océanos.

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