Opinión

Con la coalición

Se tenía que haber hecho antes, cuando se llegó a un acuerdo días atrás en la cumbre de la OTAN. Ha hecho falta presión interna y presión internacional para que Mariano Rajoy diera finalmente el paso. Pero se ha dado, y no se acaba de entender que España no se sumara desde el primer momento a una iniciativa como la de Cardiff, cuando se decidió crear una coalición para hacer frente a los terroristas que han invadido parte de Siria e Iraq.

Terroristas que han creado un Estado Islamista en el que han iniciado una persecución sistemática y salvaje contra los no musulmanes, un auténtico genocidio, suman asesinatos por docenas de miles y amenazan con acabar con Occidente y crear un califato que alcanza varios países europeos incluido el nuestro. Terroristas que decapitan con cámaras delante a periodistas o miembros de ong´s para demostrar que no tienen barreras, no hay límites para su crueldad y sus ansias expansionistas.

Al fin, al fin, el gobierno español ha reaccionado como debía haber reaccionado desde el principio y se ha sumado a la coalición que se ha concretado en París, de la que forman parte no solo países occidentales sino también de otros continentes, entre ellos varios países árabes. No ha concretado el gobierno cual va a ser nuestra participación en esa coalición, hay que interpretar en qué consiste el "contribuiremos contra el Estado Islamista con todos los medios a nuestro alcance".

En el documento firmado por los casi treinta países que lo han suscrito se recoge que no se tomará ninguna medida que pueda poner en peligro a la población civil, pero es algo difícil de garantizar a pesar de la alta tecnología que se utiliza e los bombardeos y la selección de objetivos, sobre todo cuando se lucha contra un ejército terrorista que utiliza escudos humanos para tratar de salvaguardar esos objetivos. No parece que se vayan a enviar tropas, es lo que se deduce de las reuniones de Cardiff y Paris, pero existen múltiples formar de contribución para detener al terrorismo islamista. En principio la lucha se va a desarrollar en el campo de los bombardeos y misiles, aunque es evidente que hará falta presencia sobre el terreno, aunque no sea más que para realizar trabajos de información e inteligencia. España puede colaborar con material, tecnología, utilización de bases aéreas e incluso aviones. Y, por supuesto, con el CNI, que ya hace un trabajo exhaustivo en el Sahel con coordinación con otros servicios occidentales y del Magreb.

España no podía quedar al margen. No solo por pertenecer a la OTAN y la UE, sino también porque somos víctimas del terrorismo islamista, hemos sufrido el atentado más grave cometido en Europa, y seguimos siendo objetivo del Ejército Islamista y afines. Quedar fuera de la coalición habría sido una cobardía.

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